El dolor de los demás

Acabé la lectura de «El dolor de los demás» hace ya un tiempo, pero me ha costado mucho sentarme delante del ordenador a escribir esta sincera opinión de un libro que me ha encantado, pero, que me cuesta explicar de forma clara todo lo que se he removido en mi interior con su lectura. No conocía de nada a Miguel Ángel Hernández, lo descubrí en el festival Valencia negra el pasado mes de mayo y solo escucharle hablar de esta historia me fui directa a comprar este libro porque tenía claro que quería leerlo.

El día de Nochebuena de 1995 el mejor amigo de Miguel Ángel mata a su hermana y después se suicida tirándose por un barranco. Estos hechos reales ocurrieron en un pequeño pueblo de la huerta de Murcia. El caso quedó olvidado tras la pertinente investigación. Han pasado 20 años y Miguel Ángel decide regresar al lugar donde todo ocurrió y desde el punto de vista de un investigador reconstruir aquella trágica noche.

Es la primera novela que leo de este autor y por tanto no puedo comparar absolutamente nada, pero si quiero decir bien claro que escribe de forma soberbia, me ha gustado tanto el contenido como el continente, o, para ser más claros, la historia que cuenta y la forma en la que lo cuenta. Podríamos decir que este libro es la narración de como el autor se vio obligado a cambiar su idea inicial, quería que esta fuera una historia contada desde el punto de vista de una investigación de los hechos, pero, a medida que iba avanzando se convirtió en una historia contada en primera persona desde lo más hondo de su corazón, desde el dolor de ese sufrimiento que le ha acompañado durante estos años.

«El dolor de los demás» es un recorrido a los sentimientos más profundos del propio autor, a una época de adolescente que él no vivió como tal, la juventud le llegó demasiado tarde, una persona tímida, en un pequeño pueblo en donde todos se conocían, un joven que un buen día pierde a su mejor amigo para siempre, pero que tiene que entender que ese amigo se había convertido en un asesino. ¿Cómo hubiera sido su relación si su amigo hubiera sobrevivido tras matar a su hermana? Estas y muchas otras preguntas son las que Miguel Ángel se plantea a lo largo de esta novela dura, sincera y profunda.

Hay una pregunta que me he ido planteando desde las primeras líneas de esta historia y es qué pensarían los familiares de este chico tras la lectura de este libro contada además por una persona que los conocía muy bien. Y la respuesta está en el título de la novela y es algo que ha estado en la cabeza del autor durante este proceso, y es que no todas las historias tienen que ser contadas.

“Escribiendo no siempre se gana, que a veces naufragamos ante el dolor de los demás”

El autor ha vuelto a su tierra, ya no vive allí, para recorrer esas calles, esos bares donde se reúnen los vecinos y preguntar acerca de este suceso, en esa vuelta a los orígenes se ha dado cuenta que no todo vale, que a veces no vale la pena echar la vista atrás, que el dolor humano se palpa en muchos rincones de ese lugar y que es difícil entender la complejidad de la especie humana.

«El dolor de los demás» es una novela en la que pasado y presente van confluyendo en dos hilos narrativos en el que el autor nos va desgranando todo lo que sintió el día de los hechos y los días posteriores y su visión actual, con la distancia, en tiempo y en espacio, con unos hechos que nunca ha conseguido olvidar.

Cuenta Miguel Ángel que en realidad en este libro está escribiendo acerca del dolor propio que sintió, de un sufrimiento que no le era ajeno. Al fin y al cabo «El dolor de los demás» es una historia autobiográfica, una historia contada con mucho sentimiento.

Hay muchos motivos por los que os recomendaría leer esta novela, pero por encima de todo me gustaría que la escogierais si os gusta la buena literatura, las historias bien contadas. En «El dolor de los demás» vais a encontrar una especie de ensayo, mucha metaliteratura y también algo de investigación periodística, sin duda, un libro para leer con calma y probablemente releer en alguna ocasión.