La guardiana de libros

Empezamos octubre, la mejor época para mi para sentarme a leer tranquilamente así que voy a intentar aprovechar al máximo. Mientras tanto os dejo la reseña de una novedad del pasado mes de septiembre, «La guardiana de libros» de Mario Escobar.

Ambientada en el Berlín de 1933, en los primeros meses del ascenso al poder de Adolf Hitler, la novela nos presenta a Helene Nathan, una joven bibliotecaria apasionada por la literatura y la libertad de pensamiento. Cuando el régimen nazi inicia la quema de libros y la persecución ideológica, Helene se ve ante una difícil encrucijada: permanecer en silencio o arriesgar su vida para salvar aquellas obras condenadas al olvido por el fanatismo.

Desde la primera página, el lector se ve envuelto en la atmósfera opresiva de Berlín en 1933. La novela abre con la toma del poder por parte de Adolf Hitler, el incendio del Reichstag, y los cambios inmediatos en la política cultural y educativa. Escobar recrea con detalle el ambiente de creciente miedo, las purgas ideológicas, las listas negras de intelectuales y artistas, y las campañas de propaganda. No es solo una recreación histórica: es una denuncia activa, un recordatorio urgente del poder destructor de la censura y del silencio impuesto.

La protagonista, Helene, no es una heroína tradicional. No lleva armas, no conspira en la clandestinidad, ni organiza células de resistencia. Su lucha es interna, moral, intelectual. En una sociedad que se desmorona, ella elige seguir creyendo en el poder transformador de la palabra. Como directora de la biblioteca pública de Berlín, se enfrenta a órdenes directas de retirar libros “no alemanes” de las estanterías, de destruir colecciones enteras, y de colaborar con una maquinaria de destrucción cultural. Pero Helene elige desobedecer de forma estratégica. Comienza a esconder libros, a proteger documentos, a trasladar volúmenes a lugares seguros. Su biblioteca se convierte en un bastión silencioso de libertad.

La estructura de la novela alterna entre los hechos históricos y la vida personal de Helene, permitiéndonos conocer también su vulnerabilidad, sus dudas, y su miedo. Su judaísmo la pone en el centro de la diana nazi, y su independencia intelectual la convierte en una amenaza. Escobar logra que su historia no sea simplemente un relato de hechos, sino una exploración profunda del alma de una mujer que lucha contra la oscuridad con la única arma que tiene: el conocimiento.

La guardiana de libros no es solo una novela histórica; es un canto a la memoria, a la libertad de pensamiento y al poder transformador de los libros. En tiempos donde la censura y la intolerancia parecen resurgir bajo nuevas formas, la historia de Helene Nathan cobra una actualidad inquietante. Mario Escobar nos recuerda que los libros no son solo objetos, sino contenedores de humanidad, y que protegerlos es también proteger lo mejor de nosotros mismos.