Pan de limón con semillas de amapola

La novela comienza en el momento en que Ana y Marina, dos hermanas que hace más de quince años que no se ven, se reencuentran en un pequeño pueblo de Mallorca para vender un viejo molino y una panadería que de forma inesperada han heredado de una mujer que no conocen.

Marina y Ana son dos mujeres muy diferentes, su forma de vida, sus aspiraciones y ambiciones, la forma de enfrentarse a las adversidades…

Marina es una mujer independiente, trabaja como médico cooperante en una ONG por todo el mundo mientras que Ana, vive en Mallorca, sin apenas haber salido de la isla, vive atrapada en un matrimonio infeliz y con una hija con la que no llega a entenderse.

La venta de las propiedades que han heredado también la viven de manera distinta, mientras Ana sólo piensa en venderlo para poder sanear su situación económica, Marina necesita descubrir cuáles son los motivos que han llevado a esa mujer desconocida a dejarles tan preciada herencia.

Unos personajes perfectamente construidos que permiten adentrarte en sus sentimientos y sentirlos como algo cercano.

La historia está narrada in extrema res, es decir, cuando iniciamos la lectura nos encontramos con el final, para luego ir poco a poco desgranando cómo se ha llegado hasta ese final.

La ambientación de la novela es increíble. Describe a la perfección cada rincón de la isla, cada lugar, permite que el lector sea capaz de poder “oler” las maravillas que se cuecen en la panadería.

Cristina Campos ha hecho en esta novela una gran labor documental, sus conocimientos acerca de todo lo referente a la panadería son increíbles así como la descripción, casi mágica, de los mejores rincones de la Isla de Mallorca.

En la novela se tratan temas diversos muy bien integrados en la trama: las condiciones de los cooperantes y su trabajo, la complejidad de las adopciones, la maternidad…

En definitiva, “Pan de limón con semillas de amapola” es una novela de historias familiares, de amor, de maternidad, del destino…todo ello amasado de manera maravillosa por Cristina Campos, permite que te adentres en sus páginas sin apenas despegarte, te envuelve en un mundo de dulzura, que hace que esta historia te llegue a lo más profundo. Totalmente recomendable.