El primer café del día

Terminamos mes con la reseña de un libro que te deja un buen sabor de boca como el de un buen café, os hablo de «El primer café del día» de Toshikazu Kawaguchi editado por Plaza & Janés. Es la tercera parte de la serie llamada Antes de que se enfríe el café.

En el corazón de Hakodate hay un lugar extraordinario: una pequeña cafetería que sirve café con un aroma intenso y envolvente, capaz de hacerte evocar emociones lejanas y de revisitar un momento del pasado. Sin embargo, adentrarse en este establecimiento tan especial no es para todos, y solo los que reúnen el coraje necesario pueden arriesgarse. Es el caso de Yayoi, quien, privada del cariño de sus padres cuando aún era muy pequeña, no cree poder afrontar la vida con una sonrisa. O Todoroki, cuya exitosa carrera no le dio la oportunidad de apreciar la felicidad que siempre tuvo a su alcance. O Reiko, que nunca llegó a pedirle perdón a su hermana y ahora se siente aplastada por la culpa. O Reiji, para quien una simple frase como "Te quiero" todavía representa un obstáculo insuperable.

Los que me seguís desde hace tiempo ya sabéis que me gustan los libros de literatura japonesa y ya había leído la anterior novela de esta serie con la que disfruté mucho. Yo en mi caso no las he leído por orden y no he tenido la sensación de perderme, pero ya sabéis que esto va por gustos, sensaciones de cada uno. Leerlas en el orden que podáis, pero no dejéis de leer a este autor que nos plantea unos temas muy interesantes.

El escenario principal de la novela es esa cafetería preciosa en donde puedes pasar un tiempo para reflexionar acerca de tu vida e incluso viajar al pasado, esta parte puede resultar extraña, pero es necesaria, es una parte del planteamiento vital que todos nos tendríamos que hacer en alguna ocasión para luego poder continuar con nuestra vida. Todos los que se sientan en esa silla que te permite volver al pasado vuelven con unas maravillosas lecciones de vida que seguro les ayudan a escribir su futuro con buena letra.

El estilo del autor es sencillo, cuidado en la forma de expresarse y con muchos detalles que hacen que disfrutes de la lectura. Los personajes se alternan con unos viejos conocidos de los libros anteriores y otros nuevos que ayudan a que la trama cambie, también lo hace la cafetería, pero de todo eso te darás cuenta en las primeras páginas. Queda claro que no hay giros sorprendentes ni tramas super elaboradas este libro es un mero disfrute, hay que dejarse llevar sin hacerse ninguna pretensión y disfrutando de cada detalle y si es acompañado de una buena taza de café mucho mejor.

En definitiva, «El primer café del día» es una invitación a desconectar de todo para volver a re-conectar, a buscar lo necesario en tu interior y también a desechar lo que no precisas de esta forma conseguirás un futuro más prometedor. Una historia para disfrutar de la vida y bebérsela a sorbos como el buen café, no lo dejéis escapar.