En el país de los espías

“Todo el mundo sabía que en la Calle de los Espías lo normal era irse con más enemigos que amigos, al menos, si siempre habías hecho las cosas como es debido”.

En el país de los espías
5 / 5 Mi nota
Argumento5
Narrativa5
Final5
Info
AUTOR: Mick Herron
EDITORIAL:Salamandra
PÁGINAS: 400
GÉNERO: Espionaje
FECHA RESEÑA: 4 octubre, 2024
Reseña

Mick Herron, escritor británico que nació en Newcastle, ocupa desde hace ya algún tiempo el trono de mejor novelista británico de espionaje tras el hueco dejado por el malogrado John le Carré. Mick Herron publicó en 2003 su primera novela “Down Cemetery Road”, primera de la serie protagonizada por la detective privada Zoë Boehm. Si por algo es especialmente conocido Mick Herron es por ser el autor de la multipremiada serie protagonizada de Jackson Lamb, la cual se compone de nueve novelas y de las cuales ya seis han sido traducidas al castellano. “Caballos lentos” es la primera entrega de esta serie y con ella fue finalista del Silver Dagger Award de la British Crime Writers Association. Ahora vuelve con “En el país de los espías”.

Como no podía ser de otra manera, “En el país de los espías” volvemos a pasear por la Casa de la Ciénaga, ese lugar donde van a parar los agentes secretos caídos en desgracia por sus meteduras de pata o por sus “aficiones” poco compatibles con el trabajo de espía. Para que os podáis hacer una idea de cómo es la Casa de la Ciénaga os diremos que se encuentra en un desvencijado y anónimo edificio en el barrio de Finsbury, entre un restaurante chino y un quiosco de alquiler de DVD. El edificio es una ruina: paredes amarillentas y desconchadas que se caen a pedazos, humedades, ventanas cuyos marcos están astillados y medio podridos, mala calefacción y, para colmo, despachos equipados con sistemas y recursos tecnológicos para afrontar los años noventa totalmente inoperantes en la actualidad. Los agentes de los servicios secretos que son destinados a Casa de la Ciénaga, es decir, agentes considerados no aptos para el servicio por diversas causas reciben el apodo de «caballos lentos». La Casa de la Ciénaga es un lugar donde nadie está por gusto y en la que impera el mal humor, la apatía y la monotonía de unos trabajos que no tienen ningún sentido para quienes los realizan y donde el compañerismo brilla por su ausencia porque, básicamente, todos se odian.

Al frente de la dirección de la Casa de la Ciénaga encontramos al protagonista de esta serie, Jackson Lamb, veterano agente del MI5 con misiones especiales durante la guerra fría que no se lava el pelo, luce una apestosa gabardina, fuma como un carretero, bebe y come en su despacho, se tira ventosidades y que aprovecha cualquier ocasión para descalzarse y poner los pies encima de su escritorio mientras disfruta torturando a sus espías olvidados, pero que, en los momentos que se le necesita, saca la lucidez del antiguo espía que fue y no duda en emplear todas sus armas y trapos sucios para defender a los suyos.

El extravagante grupo de espías proscritos que dirige Jackson Lamb está integrado por las siguientes “joyas”:

Roddy Ho, un prodigio con los ordenadores, pero con nulas capacidades para relacionarse con el resto de seres humanos.

Catherine Standish, secretaria de Jackson Lamb que trata de ejercer una figura maternal dentro de la Casa de la Ciénaga pero que cada día que vuelve a casa del trabajo se compra una botella de alcohol.

River Cartwright, quien tras un simulacro de atentado terrorista un tanto patético se pasa el día transcribiendo conversaciones interceptadas de teléfonos móviles que nadie revisa.

J.K. Coe, un psicopata que había mató deliberadamente a por lo menos dos tíos, uno de los cuales estaba desarmado y esposado.

Lech Wicinski, recién llegado a la Casa de la Ciénaga por haber sido pillado con material pedófilo en su ordenador del trabajo.

Louisa Guy, quien mantuvo una relación extra matrimonial con un compañero de trabajo que falleció hace un tiempo.

Emma Flyte que acaba de abandonar Regent´s Park tras dejar plantada a Diana Taverner.

Resumiendo, un auténtico elenco de perdedores, por lo que el lector que decida leer esta novela tiene que olvidarse de todo lo que hemos visto o leído sobre los espías británicos, sus métodos, su sofisticado material y sus elegantes y modernos escenarios ya que estos espías descalificados son personas normales y corrientes con sus propias taras que se alejan notoriamente de la figura del espía prototipo.

Como no podía ser de otra manera, la trama de “En el país de los espías” comienza de forma rocambolesca cuando Louisa Guy coge una llamada telefónica. Esto no tendría nada de extraño si no fuera porque el teléfono que sonaba era el de su compañero, amante y fallecido Min Harper. La persona que llama en la mujer de Min Harper solicitando ayuda para poder encontrar a su hijo de 17 años Lucas Harper que ha desaparecido. Pues bien, esa simple llamada propiciará que la oxidada maquinaria de la Casa de la Ciénaga se ponga en marcha. Louisa Guy y Emma Flyte se embarcarán en la aventura de localizar a Lucas Harper debiendo para ello cruzar de Inglaterra a Gales. La ausencia de noticias de estas dos espías hará que Jackson Lamb mande a buscarlas a River Cartwright, J.K. Coe y Shirley Dander.

Mientras tanto, en Regent’s Park, el mandato de Diana Taverner como Primera Mesa tropieza con arduas dificultades: si quiere que el servicio se adapte a su propósito, puede que tenga que hacer tratos con un viejo y conocido demonio.

Avisamos, la primera parte del libro puede resultar algo tediosa y liante ya que Mick Herron se dedica a describir a este extravagante grupo de espías proscritos y las causas por las que han acabado en la Casa de la Ciénaga, pero conforme avanza la trama esta parte descriptiva va perdiendo peso y lo va ganando la acción hacia la localización de Lucas Harper, Louisa Guy y Emma Flyte.

En “En el país de los espías” nos encontramos ante una novela casi coral donde las subtramas se van desarrollando y alternando de manera que en cada capítulo el lector tendrá una visión de todo lo que está pasando en cada una de las tramas, haciendo que la novela coja velocidad de crucero para llegar a un final que no siempre tiene que ser feliz.

“En el país de los espías” es una novela muy bien escrita con una prosa brillante, diálogos sublimes, humor negro y cínico, unos personajes increíbles y una trama interesante llena de secretos, rencores y alguna que otra venganza a nivel personal.

Como viene siendo habitual, Mick Herron plantea una novela de espías que no tiene nada que ver con los clásicos y que destaca por la cotidianeidad, por los defectos e ineptitudes de sus personajes y por las miserias del día a día del mundo del espionaje y el funcionamiento de las cloacas del sistema.

Sin duda, os recomendamos tanto la lectura de esta novela como la del resto de entregas que componen esta serie de los “caballos lentos” para ir descubriendo las peripecias de estos espías venidos a menos.

1 comentario

Dejar un comentario

¿Quieres unirte a la conversación?
Siéntete libre de contribuir

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *