Morir en noviembre

Os parecerá extraño pero “Morir en noviembre” es la primera novela que leemos de Guillermo Galván, quien ha dedicado la mayor parte de su carrera profesional al periodismo hasta que en el año 2005 decidió dedicarse de lleno a la escritura. En 1998 publicó su primera novela, “La mirada de Saturno” con la que obtuvo el Premio Tiflos (ONCE). Posteriormente le siguieron, entre otras, “El aire no deja huellas”, “Aislinn: Sinfonía de fantasmas” o “De las cenizas” con la que ganó el premio Felipe Trigo 2003 y fue adaptada al cine con el título Vorbik.

“Morir en noviembre” es la tercera entrega de la serie policiaca que protagoniza el expolicía y, ahora, detective Carlos Lombardi. Esta saga se inició con “Tiempo de siega”, a la que siguió “La virgen de los huesos”. Como siempre os recomendamos, es preferible comenzar la lectura de una saga/serie por la primera de sus entregas ya que ayuda al lector a conocer mejor al protagonista y demás los personajes que le rodean y seguir los hilos de las tramas a pesar de que sean autoconclusivas, no hagáis como nosotros en esta ocasión que empezamos por la tercera entrega.

Parece que Guillermo Galván ha encontrado en los años 40 un filón para ambientar esta saga y, concretamente, “Morir en noviembre” la sitúa en el Madrid franquista de la posguerra, una ciudad semiderruida, con índices de hambre y enfermedad apabullantes, con gente viviendo en las trincheras entre ratas, y, entre tanta miseria y opresión del régimen. Nuestro protagonista, Carlos Lombardi, ex inspector republicano que, tras ser encarcelado, es liberado inesperadamente y, todavía en libertad provisional, sobrevive como puede con su inestable trabajo de detective en la agencia de investigación Hermes.

Ante la situación acuciante que vive , Lombardi no puede permitirse rechazar ningún trabajo por lo que se ve abocado a investigar dos casos sin relación aparente: la desaparición de un misterioso viajante de comercio alemán y la aparición del cadáver de una joven aspirante a actriz de dudosa reputación que aparece ahogada. La policía no tiene especial interés en esclarecer estos hechos pero Lombardi buscará la forma de hacer justicia con las víctimas viéndose atrapado en una sórdida trama de prostitución, cine, estraperlo y espionaje.

Como ya os habíamos indicado antes, la lectura de una serie de novelas con el mismo protagonista hace que a través de cada nueva entrega vayamos conociendo nuevos aspectos de los personajes. En este caso, seguimos conociendo a un Lombardi lleno de rabia que nos permite conocer un poco más de su vida personal aclarándose la situación que tiene con su exmujer Begoña. Al igual que en las anteriores entregas, junto a Lombardi continúan su leal equipo de colaboradores y su jefe y amigo Balbino Ulloa, por eso que insistimos en comenzar las sagas por el principio.

“Morir en noviembre” es una novela bien escrita que, por extraño que parezca, está narrada en presente y que, para nuestro gusto, cuenta con unos capítulos excesivamente largos. Esta narración en presente permite acercar la acción y las imágenes de la época al lector, trasladándolo a un Madrid perfectamente fotografiado que resalta el grandísimo trabajo de documentación y estudio que ha realizado Guillermo Galván para retratar una época de España a la que no se ha prestado la atención debida.

“Morir en noviembre” es una obra sobria y negra que cuenta con personajes sólidos, verosímiles y fieles a la época, una trama interesante y cargada de intriga donde Guillermo Galván mezcla con maestría los géneros policiaco, histórico y de espionaje y que enganchará desde el principio al lector haciéndole que pase un magnífico rato en el Madrid de la posguerra.