Algunos días de noviembre

A muchos de vosotros os sorprenderá que hoy os propongamos la lectura de “Algunos días de noviembre” cuando esta novela es el undécimo libro de la serie escrita por Jordi Sierra i Fabra y protagonizada por el ex inspector Miquel Mascarell. Lo que comenzó siendo una novela policíaca y que pudo terminar en una trilogía, ha acabado convirtiéndose en una exitosa serie policíaca con once entregas, hasta la fecha, que se encuentra en plena trayectoria ascendente y que tiene ante sí un largo recorrido, gozando además de un gran reconocimiento tanto por el mundo literario como por el público lector.

Para aquellos que se muestren reticentes a iniciar la lectura de “Algunos días de noviembre” por ser ésta la undécima entrega de la serie, debemos deciros que tiene un final autoconcluso y que, gracias a las continuas pinceladas de información que nos va facilitando Jordi Sierra i Fabra sobre los personajes, el lector podrá perfectamente el hilo de la trama y la historia personal de nuestro protagonistas.

A efectos de presentación e introducción os diremos que Miquel Mascarell es un ex inspector de la Republica, represaliado por Franco, condenado a muerte que estuvo cautivo durante ocho años y medio en el Valle de los Caídos y que fue liberado e indultado por un extraño azar en julio de 1947. Miquel sabe que cualquier desliz le hará volver a la cárcel y, quizá, a ser fusilado, por lo que trata de pasar como un jubilado más que se ha casado en segundas nupcias con Patro, con quien recientemente acaba de tener a su hija Raquel. Miquel Mascarell es un policía, lo ha sido y lo será siempre, lo lleva en la sangre, es por eso que su esposa Patro le anima para que colabore con David Fortuny, un antiguo compañero de comisaría reconvertido a detective privado, en su agencia de detectives. Los detectives acaban de ser legalizados. Pero hay un problema: Fortuny es terriblemente adicto al Régimen y Miquel sigue siendo fiel a la República. La relación que se establece entre los dos detectives representa el reflejo de una España dividida de la época: los afiliados al régimen por simple supervivencia y quienes todavía mantienen intacto el recuerdo, el dolor de los abusos, el exilio, el silencio, la represión. Las discusiones se suceden, son polos opuestos, pero ambos funcionan bien como equipo.

“Algunos días de noviembre” se adentra en la industria del espectáculo de la época donde podremos percibir el mundo tremendamente machista y sexista en el que se movían mujeres jóvenes y hermosas con tal de salir de la pobreza y lograr una fama al alcance de muy pocas.

Un buen día de noviembre, Dña. Concepción Busquets se persona en la agencia de detectives de David Fortuny y Miquel Mascarell a fin de contratar sus servicios. Dña. Concepción Busquets, pone en conocimiento de nuestros detectives que su marido, Federico García Sancho, un reconocido agente del sector del espectáculo que maneja la carrera artística de muchas famosas y aspirantes a actrices, está recibiendo amenazas de muerte. A Federico García Sancho se le atribuye una fama de gran mujeriego e implacable hombre de negocios, por lo que cualquiera podría estar detrás de esas cartas. Sin embargo un asesinato inesperado hará que toda la investigación dé un giro brusco complicando tremendamente un caso que, aparentemente, iba a resultar sencillo de resolver.

De la mano de Miquel Mascarell y David Fortuny nos adentraremos en una investigación minuciosa, detallada, precisa donde nuestros detectives irán dando pasitos cortos hasta dar con el culpable. Miquel Mascarell interrogará a diferentes empleadas, a críticos de cine, a rivales y a cualquiera que odiara a García Sancho, dando cerco al entorno de la víctima y los posibles sospechosos. De este modo, el lector podrá seguir el desarrollo de la investigación de primera mano y con la misma información con que cuentan la pareja de detectives.

El personaje de Miquel Mascarell que ha creado Jordi Sierra i Fabra destaca por sus métodos, su técnica y profesionalidad. Es constante y persuasivo, nunca deja una investigación a medias. Su ética lo lleva a profundizar hasta el final del caso, su objetivo es hacer justicia a la humanidad convirtiéndolo en uno de los personajes policiacos más atractivos del género.

“Algunos días de noviembre” sale nuevamente a relucir la técnica y oficio que atesora Jordi Sierra i Fabra haciendo que el lector pueda disfrutar de unos magníficos diálogos perfectamente contextualizados en el momento histórico y sociocultural en el que se desarrolla la trama, aportando pasajes verídicos, con detalles, fechas, datos y descripciones rigurosas de la ciudad de Barcelona.

Sin lugar a dudas, tenemos que recomendar la lectura de “Algunos días de noviembre” y, por extensión, del resto de entregas que componen la serie del ex inspector Miquel Mascarell, ya que estamos seguros que vais a pasar un rato muy entretenido y ameno que os conducirá a querer leer cualquier otra entrega de esta fantástica serie.