Destrucción masiva
“Solo el orgullo por su heroica muerte supera el dolor de su pérdida”
EDITORIAL: Roca
PÁGINAS: 384
GÉNERO: True crime
FECHA RESEÑA: 11 mayo, 2020
“Destrucción masiva, nuestro hombre en Bagdad'” es el sexto libro que Fernando Rueda publica con la Editorial Roca. Fernando Rueda es considerado como el mayor especialista de España en cuanto a espionaje se refiere. Como ejemplos del amplio conocimiento que tiene de este mundillo del espionaje, precediendo a “Destrucción masiva, nuestro hombre en Bagdad'” podéis encontramos: "Yo confieso, 45 años de espía", "La casa", "El regreso del lobo", "Servicios de inteligencia, ¿Fuera de la ley?", "Las alcantarillas del poder" o "El dossier del Rey". Además, Fernando Rueda es ampliamente conocido por el público por sus colaboraciones en programas tan ilustres como "Cuarto Milenio" o por liderar la sección "Materia Reservada" en Onda Cero.
“Destrucción masiva, nuestro hombre en Bagdad” nos traslada hasta mediados el año 2000 cuando dos espías españoles, Alberto Martínez y José Antonio Bernal, son destinados a Irak con la misión de conseguir información valiosa para el Gobierno Español. Al poco de llegar a Irak, Alberto Martínez descubrirá que su antecesor hizo muy poco trabajo de campo y apenas le ha dejado información que le pueda resultar de ayuda. Sin embargo, este enorme contratiempo no amedrentará a nuestro espía quien, con la colaboración de José Antonio Bernal, se echará a la calle para conseguir valiosas fuentes de información dentro el gobierno iraquí, grupos influyentes como los chiitas y hasta de la Mujabarat (policía política de Sadam Hussein que les tenía permanentemente controlados).
Con el paso de los meses, Alberto Martínez y José Antonio Bernal comienzan a moverse cada vez con más soltura por Bagdad y sus alrededores, afianzan a sus fuentes y remiten informes muy valiosos al servicio de inteligencia español donde se informa clara y tajantemente que Sadam Hussein carece de armas de destrucción masiva.
Sin embargo, la situación cambia radicalmente tras los atentados del 11-S de 2001 llevado a cabo por Bin Laden. Tras este terrible ataque, en marzo de 2003, G. Bush, Presidente de EEUU, apoyado por el Primer Ministro inglés T. Blair y, el entonces Presidente del Gobierno Español, Jose María Aznar (el trío de las Azores) tomó la decisión de invadir Afganistán y se lanzó a por Irak, argumentando que "El régimen iraquí tiene armas de destrucción masiva". De nada sirvieron los informes remitidos por los espías Alberto Martínez y José Antonio Bernal donde se afirmaba que el gobierno iraquí no estaba en disposición de crear armas de destrucción masiva, el Gobierno de Aznar prefirió hacer caso a los informes falsos de la CIA y el MI6 buscando conseguir un lugar predominante en la política internacional en pos de la verdad.
Tras el éxito de la invasión de Irak, España envió 1300 soldados y el CNI amplió su presencia con seis agentes más dedicados a evitar atentados contra esas tropas.
Fue en la tarde del 29 de noviembre de 2003, ocho meses después de la invasión de Irak, cuando ocurrió uno de los sucesos más dramáticos en la historia de los servicios de inteligencia españoles: siete agentes españoles murieron en una emboscada ocurrida a unos 30 kilómetros al sur de Bagdad donde debían buscar información sobre las armas de destrucción masiva y, posteriormente, proteger a las tropas desplegadas en el terreno. Previamente, un mes antes, José Antonio Bernal fue asesinado a quemarropa en la puerta de su casa en Bagdad.
“Destrucción masiva, nuestro hombre en Bagdad” es un true crime donde Fernando Rueda narra, mezclando realidad y ficción, las circunstancias que rodearon el asesinato de los agentes del CNI. En este libro, su autor deja el descubierto todos los errores y mentiras que envolvieron este caso y por los cuales nadie todavía ha asumido su responsabilidad.
Personalmente, con independencia del magnífico y merecidísimo homenaje que hace Fernando Rueda en este libro a los agentes espías caídos en la misión de Irak, consideramos imprescindible resaltar como, a pesar del continuo peligro que corrían a diario, que su propio servicio secreto no les protegía como debía y que el Gobierno de Aznar despreciaba sus informaciones de alta calidad remitían, estos ocho hombres seguían informando, se mantuvieron respetuosos con la cadena de mando, no protestaron ni se sublevaron y fueron disciplinados y valerosos hasta el último momento.
Fernando Rueda ha creado con “Destrucción masiva, nuestro hombre en Bagdad” una novela imperdible que engancha desde el primer momento, una maravilla por lo que cuenta y por cómo está contado, donde homenajea a ocho vidas perdidas sin sentido.
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