La quinta víctima

Quien no haya leído “El cuarto mono”, por favor que abandone ahora mismo la lectura de esta reseña. “La quinta víctima” es la segunda entrega de una retorcida y enrevesada trilogía que está escribiendo J.D. Barker. Como ya sabéis, existen series de novelas que es posible leer alguna de sus partes sin haber leído las predecesoras ya que tienen finales autoconclusos y sus protagonistas se enfrentan a casos nuevos, pero en este caso, NO. La trama de “La quinta víctima” es, en cierto modo, una clara continuación de lo sucedido “El cuarto mono” por lo que resulta prácticamente imposible reseñar este libro sin hacer spoiler. En “La quinta víctima” se hacen constantemente referencias a personajes y sucesos que tuvieron lugar en el anterior libro, de manera que si el lector no ha leído previamente “El cuarto mono”, irá totalmente perdido con la trama y sus personajes. Además, ¿queréis perderos la posibilidad de leer “El cuarto mono”, una novela que obtuvo un impresionante éxito de crítica y público y que recomiendo encarecidamente a todos los amantes de los thrillers y novelas de suspense?

“La quinta víctima” comienza cuatro meses después de que Sam Porter, para salvar la vida de Emory Connors, tuviera que dejar escapar a Anson Bishop, el asesino del Cuarto Mono. En las aguas congeladas del lago de Jackson Park ha sido encontrada la desaparecida Ella Reynolds, una adolescente a quien se le perdió el rastro hacía quince días. Todo haría pensar que se trata de un simple asesinato sino fuera por los extraños enigmas que rodean a este hallazgo: el cadáver ha aparecido vestido con la ropa de otra joven desaparecida, congelado bajo capas de hielo cuando el lago lleva helado cerca de tres meses y la víctima ha sido ahogada en agua salada cuando el mar más próximo se encuentra a mil cien kilómetros de distancia.

A pesar que de todas estas circunstancias denotan claramente que la Policía Metropolitana de Chicago se enfrenta a un asesino muy arriesgado, extremadamente minucioso y poco corriente, Sam Porter sigue obsesionado con dar caza a Anson Bishop, el asesino del Cuarto Mono. Sin embargo, a ojos de sus superiores, el detective Porter y su equipo han quedado retratados siendo relevados y apartados del caso del cuarto mono cuando el FBI desembarca para ponerse al frente de la investigación. Con todo, como no podía ser de otra manera, Sam Porter, no está dispuesto a dejar a un lado su investigación y seguirá tras la pista de Anson Bishop.

En “La quinta víctima” el lector se va a encontrar con una trama muchísimo más compleja que la que proponía J.D. Barker en “El cuarto mono” con dos hilos argumentales que aparentemente no tienen nada que ver y que están casi a la misma altura en intensidad.

“La quinta víctima” sigue la misma estructura que su predecesora siendo narrada en tercera persona a través de capítulos muy cortos, datados y titulados con el nombre del personaje que lo va a protagonizar, lo que nos permite conocer distintos puntos de vista, convirtiéndola en una novela mucho más coral que “El cuarto mono” ya que los miembros del equipo de Sam Porter e incluso Poole (miembro del FBI) adquieren muchísima importancia. De igual forma destacar algo que ya nos gustó en la primera parte como era la recopilación de información y pruebas que cada cierto tiempo hacen los investigadores, de manera que el lector puede volver a hacerse una recomposición del caso.

En “La quinta víctima” seguiremos tras la pista de Anson Bishop, un personaje extremadamente frio, tranquilo y calculador que siempre va bastantes pasos por delante de la policía. No obstante, a pesar de que en esta segunda entrega su participación es mucho menor, iremos descubriendo poco a poco más sobre su infancia, la relación con su padre y con su madre, sin que eso reste intriga o emoción a la novela.

Si en “El cuarto mono”, las motivaciones de Anson Bishop quedaron muy claras ya que su propósito era castigar a los hijos cuyos padres habían cometido delitos, en "La quinta víctima", J.D. Barker difumina el propósito de nuestro asesino generando muchísimas dudas hasta el punto de que al final de su lectura el lector se encontrará con un montón de preguntas sin resolver.

J.D. Barker nos maravilló con “El cuarto mono” y no ha defraudado con “La quinta víctima” lo que está provocando que se convierta en un autor de referencia y lectura obligada dentro del género del suspense, resultando imposible no caer rendido ante su talento.

“La quinta víctima” es un thriller asombroso que cuenta una trama retorcida y arriesgada que hará que el lector permanezca en tensión desde su inicio deseando que no acabe nunca, y menos, como lo hace.