…David Jiménez “El Tito”
Hoy os traemos “Un café con …… David Jiménez”, agente marítimo de vigilancia aduanera destinado en Castellón, pero cartagenero de nacimiento, cuya pasión desde siempre ha sido la lectura, especialmente, de generó negro, lo que le llevó a escribir una novela que al final fueron tres: “Muertes de sobremesa”, “Inspector solo” y “No es tiempo de peros” con la que cierra su trilogía. Pincha sobre cada título para leer su reseña.
David, ¿cómo te enfrentas a la temida página en blanco?
Nunca me he encontrado con lo que es la página en blanco como tal. Este bloqueo lo sufro más a la hora de escribir en redes sociales que a la hora de escribir novelas, porque tengo tan claro lo que quiero contar. Si que es cierto que me puede costar iniciar la frase, encontrar esa frase exacta con la que quiero iniciar esa escena, pero página en blanco propiamente dicho, no.
El auge del género negro en los últimos años está dando lugar a la creación de muchos festivales de literatura, entre ellos el de tu ciudad natal, Cartagena ¿Qué ha supuesto para la ciudad y para ti estos festivales?
Todos los certámenes culturales son importantes, mientras haya escritores que quieran ir y lectores que acudan. En Cartagena y en Castellón tienen mucho éxito. Este año, el celebrado en Castellón ha sido genial. El lector de novela negra es muy fiel y si le das la oportunidad de acercarse a los escritores, mucho mejor.
¿Quiénes han sido tus referencias literarias?
No he leído mucho a un mismo autor, elijo y cambio de autores. Que me parezcan grandes escritores, te diría, por ejemplo: Lorenzo Silva, Carlos Zanón, Pere Cervantes, Víctor del árbol, Cesar Pérez Gellida. Con respecto a estos autores, me da un poco igual lo que cuenten, es decir, la historia en sí, porque sé que lo que me cuenten me va a gustar por cómo está contado.
¿David abandona su zona de confort a la hora de leer?
Rara vez me salgo de la novela negra, sé que debería nutrirme de otros géneros para escribir, pero me cuesta mucho.
Participas en actividades en centros educativos ¿qué te aportan como escritor?
Es lo más bonito de mi faceta como escritor. Cuando acudes a estos centros, te das cuenta de que, desde el más pequeño al más mayor, muestran mucha inquietud, ven la literatura y al escritor como algo muy lejano cuando eso no tendría que ser así.
Me llama la atención que, casi siempre, su primera pregunta sea si gano mucho dinero. Les cuesta ubicarnos en la vida real.
En España se lee muy poco, por eso considero necesario fomentar la lectura de otra forma. Hay una frase que creo que lo resume bien: “se han empeñado en enseñarnos la fuerza de los clásicos en realidad lo que están haciendo es enseñar los clásicos a la fuerza”.
Los niños tienen que leer lo que les apetezca, lo que les guste y les motive para seguir leyendo.
En definitiva, acudir a centros educativos es una experiencia muy gratificante ya que a los chavales les da una realidad palpable, saben que estamos aquí, que si se leen un libro el autor puede ir al centro a hablar con ellos y eso les motiva mucho.
¿Algún autor o libro que te marcara?
Por supuesto, “Los renglones torcidos de Dios” de Torcuato Luca de Tena. Versa sobre una detective que se mete en un psiquiátrico bajo una identidad falsa para averiguar un suceso, y conforme avanza tu no sabes si ella se ha metido tanto en la historia y está enferma o es así. Desde ese momento tuve claro lo que quería.
¿Qué te hace abandonar una novela?
Antes no las abandonaba nunca, ahora existen dos motivos: (i) que la historia no me esté enganchando, (ii) que crea que no está bien escrito, que me dé la impresión de que estoy leyendo una redacción del colegio, que el autor no sepa meter una metáfora, un símil, jugar con las palabras… en estos casos abandono rápido.
¿Prefieres algún momento del día para ponerte a escribir?
“Muertes de sobremesa” prácticamente está escrito de madrugada, ahora me da un poco igual, simplemente necesito meterme en la historia.
¿Qué te ha proporcionado el contacto con los lectores?
Para mí es lo más bonito de esta profesión. Escribir ya es muy solitario, aunque estés rodeado de gente. Al final escribes para compartir con otras personas, aunque sean pocas, hablar cara a cara o incluso en las redes sociales. El lector te aporta mucho y lo tienes en cuenta.
En la presentación de “No es tiempo de peros” comentaste que habías escrito una trilogía por incompetencia, sabías el principio y el final pero era imposible hacerlo en un solo libro, ¿cómo surge esta trilogía?
Como nunca había escrito una historia me pasó eso, creé los personajes, la historia, lo que quería que pasara… pero en un momento dado, me di cuenta de que había escrito muchas páginas y me quedaba mucho por contar, así que decidí dividirlo en tres partes, por lo de que fuera una trilogía y también por eso de introducción, nudo y desenlace. No supe hacer un solo libro, por incompetencia.
¿Es imprescindible haber leído las anteriores novelas antes de empezar con la última?
No, hay un prólogo que ayuda a situar al lector. El grueso de la historia se entiende, hay gente que ha leído la última y lo ha entendido todo perfectamente. Puede ser que quien se lea la última quiera volver a las anteriores. Creo que en este caso es más importante haberse leído “Muertes de sobremesa” que “Inspector solo”. Lo mejor, leerlas por orden, por supuesto.
Marcial es un gran personaje literario: asocial, políticamente incorrecto, machista, un policía peculiar ¿te ha dado muchas satisfacciones y como conseguiste crearlo?
En realidad, escribir poniéndome en su pellejo es relativamente fácil, basta con ser grosero, machista, políticamente incorrecto…pero lo que sí que necesitaba era la distancia de la tercera persona para tener claro que era él, en primera persona creo que no hubiera podido escribirlo.
Satisfacciones claro que sí. Son tres años compartiendo muchas páginas, pero sobre todo por comparativa, me ha permitido hacer un juego de contraste muy bonito con respecto a los otros personajes. No he disfrutado tanto escribiéndolo a él como a otros personajes, con quien más he disfrutado ha sido con Miralles, me gustó mucho y era el más difícil.
Elegir al personaje es sencillo, quería darle importancia al galgo, quería que tuviera un papel ¿cómo lo podía conseguir? Colocando a Marcial tan asocial y tan lejos de relacionarlo con las personas que si quisiera demostrar algún sentimiento tenía que ser con el galgo al lado.
La ciudad de Cartagena ha sido una protagonista más de tus las novelas y cada vez ha ido cobrando más importancia. ¿A qué se debe esto?
Necesitaba un poco “viajar”, pasear por mis calles, por mi barrio, de ahí que todo lo que sale en la novela es real: nombres de personas que existen, viviendas de gente cercana. Me apetecía presentar y dar a conocer a la Cartagena que nadie conoce.
Tus novelas captan de forma precisa la esencia de lo que es el género negro ¿estarías dispuesto a abrazar otro género?
No tengo la capacidad para salirme de este género. Yo escribo una historia, lo que me viene a la cabeza, y al final, yo sé que está relacionado con el género negro.
¿Las aventuras de Marcial y Zoe acaban aquí? ¿Nos tenemos que despedir de ellos?
Después de 4 años con ellos, ahora necesito contar otras historias, yo sé cómo continuaría la historia, pero ahora no me apetece seguir.
¿Qué te gustaría que el lector encontrara en tus novelas?
Un buen escritor, que los lectores dijeran eso de “este tío escribe bien”, creo que eso es el mejor reconocimiento, que mi manera de contar las cosas llegue, me interesa mucho más la calidad que la cantidad.
Nos puedes contar algo de tu nuevo proyecto.
Tengo una novela terminada que la escribí después de escribir “Inspector Solo” que no tiene nada que ver con esto. Pero no sé si esta novela será la siguiente que verá la luz o no, pero bueno, está ahí.
El nuevo proyecto es una novela que siempre he tenido en cabeza y que creo que ha llegado el momento de contarla. Es una novela sobre mi trabajo, sobre narcotráfico marítimo, las persecuciones que tengo que vivir mientras trabajo y está ambientada en Algeciras. Quiero contar la historia del narcotráfico en Algeciras desde tres puntos de vista: policías, narcotraficantes y gente que vive allí. Un proyecto con el que estoy muy ilusionado.
Muchas gracias David por dedicarle unos minutos a conversar conmigo.