Un café con…Marta Robles

Esta semana pasada tuve ocasión de tomar un café muy especial gracias al Festival Castelló Negre (festival de género negro y policíaco). Pude conversar con la periodista y escritora Marta Robles, una mujer que me fascinó con su cercanía y entusiasmo y con la que descubrimos muchas cosas de su última novela «La chica a la que no supiste amar».

-Marta Robles se dio a conocer como periodista en diversos medios de comunicación ¿cómo fue dar el salto a la literatura? ¿siempre te ha gustado escribir?

Lo cierto es que he sido siempre más escritora que periodista. Siempre he escrito. Ya de pequeña gané varios premios en el colegio, pero lo de estudiar periodismo fue por casualidad porque un exnovio me empujó a ello ya que pensaba que tenía grandes dotes de comunicación. Ya una vez metida en el mundo del periodismo, me caló profundamente y aunque en un hipotético futuro me dedique solo a escribir siempre seré periodista. Creo que el periodismo y la literatura han ido en paralelo.

-Has escrito 17 libros entre los que destacan libros de no ficción como son ensayos, biografías y también de ficción como este, ¿en qué registro te sientes más cómoda?

Me encuentro más cómoda escribiendo ficción ya que desde que era muy jovencita me siento muy novelista. Mí primera novela la escribí con 16 años, pero la tengo guardada en un cajón y ahí se quedará. Empecé escribiendo ensayos porque era lo lógico por mi trabajo de periodista y cuando me sentí preparada, me decidí a dar el salto a la ficción. Me siento más novelista que cualquier otra cosa.

-Tus tres últimas novelas son de género negro, un género que podríamos decir que está en auge en estos momentos y que ha dado lugar a la creación de varios festivales como el que te encuentras hoy, “Castelló Negre” ¿Qué tiene el género negro que te gusta tanto?

No sé si hay un auge o lo escuchamos más por la cantidad de festivales que se celebran o porque ahora el género negro ya no es únicamente libros de polis y cacos, pero sí que es cierto que se habla más de género negro. En realidad, me ha gustado de toda la vida, siendo por ello que empecé a leer este género con los pequeños detectives que creó Enid Blyton con «Los cinco» y cuando llego a Poe descubro un universo fascinante, por lo que el género negro es un género muy recurrente en mi vida. Me gusta especialmente la novela del siglo XXI donde se habla de “El mal” que es algo que nos aterra, pero también nos fascina, es algo que está en todas partes.

– «La chica a la que no supiste amar» es una gran trama policial con un tema muy duro como es la prostitución y la trata de mujeres existente en Castellón ¿en qué momento decides abordar este tema en tu novela?

Lo cierto es que quise hablar de la trata de mujeres hace ya muchos años pero desde la ficción, sin embargo, mi amiga Mabel Lozano, que ha investigado mucho sobre el tema, que se convirtió en activista integral en la trata de mujeres y que ha escrito el libro «El proxeneta» me  convenció para dejar el tema de la ficción apartado y tratarlo desde la realidad. A través de Mabel, me puse en contacto con Rocío Mora de APRAMP (asistencia para la prevención, reinserción y atención a la mujer prostituida), colaboro con mujeres maltratadas y entonces llegó un momento en el que sentí la necesidad de contar esa historia que llevaba tiempo en mi cabeza. Y decidí escribirla fijándome en el último peldaño que es el que representan las mujeres nigerianas.

-Personalmente esta novela me ha hecho reflexionar, me ha abierto los ojos a algo que estando delante de mí, siendo una realidad, no había pensado nunca como es el hecho de que una prostituta puede tener un cáncer, puede sufrir una amputación de un pecho y verse privada de la posibilidad de someterse a un tratamiento de reconstrucción mamaria y esto conlleve que deje de “servir”.¿Crees que la sociedad pasa de puntillas por estos temas como que el problema no va con ella?

Son varias cosas curiosas las que pasan en esta sociedad. Yo tengo algunos datos reales sobre prostíbulos. Todos somos un poco cómplices porque todos sabemos donde hay locales con luces de colores y sabemos que dentro de ellos  hay mujeres que están siendo obligadas a prostituirse pero y sin embargo nos ponemos nuestras orejeras y caminamos hacia otro lado. Somos incapaces de darnos cuenta de que son como nosotras, exactamente igual que nosotras, con la diferencia de que ellas están solas sin poder pedir ayuda. Estas mujeres no tienen esperanza, se convierten en “mercancía inservible”. Yo quería poner eso delante de los ojos de todos nosotros para que analizáramos nuestro propio comportamiento.

-Cuando uno escribe una novela con un tema tan duro tiene que realizar un arduo trabajo de documentación. ¿Cómo fue ese proceso?

La verdad es que en todas las novelas hay un trabajo arduo. En mi caso, para que la novela llegue al corazón del lector primero tiene que hacerlo en el mío. En este caso, he trabajado con cinco mujeres nigerianas que me han contado sus vivencias y eso me ha dejado marcas en el corazón, y quiero que esas marcas se queden ahí y seguir ayudándolas.

-El personaje principal vuelve a ser el detective Tony Roures. «La chica a la que no supiste amar» es la tercera entrega en la que traes a este detective que es un ex corresponsal de guerra. ¿Qué mirada aporta Roures para ser el protagonista de tus novelas?

Los corresponsales de guerra son gente que miran la vida de una manera diferente, son gente que ha mirado la muerte a los ojos, que ha visto lo peor del ser humano, y todo esto le hace no juzgar. Este es Roures, un tipo lleno de arrepentimientos, de cosas que ha hecho bien, cosas que ha hecho mal, que reconoce sus errores, es un tipo culto, que lee, adicto a la lealtad, y todo esto, considero que es necesario para mis novelas. Y, en este caso en particular, quería que la reflexión de la trata de mujeres y la prostitución la hiciera un hombre.

-En «La chica a la que no supiste amar» existe una gran play list así como guiños a compañeros autores. ¿Te gustaría que los lectores acompañaran su lectura con esta música? ¿ayudaría a comprender mejor a Roures?

Me encantaría. El otro día mi hijo subió la lista de “La chica a la que no supiste amar” a Spotify y ha gustado mucho. Son temas escogidos pensando en la novela y tanto para Roures como para mí, la música es fundamental en nuestras vidas al igual que la literatura.

– ¿Qué te gustaría que el lector encontrara en tu novela?

Me gustaría que se encontrara a si mismo, que se analizara, que pensara en su comportamiento, si es más cómplice o menos, que encontrara su propia compasión. Me da miedo a que nos acostumbremos a vivir con monstruos, que en este caso son los proxenetas, me da miedo que nos convirtamos en ellos perdiendo la compasión. Es una mirada de los propios lectores hacia sí mismos. Pero, hay mucho más en esta novela.

– ¿Qué lee Marta Robles?

Estoy leyendo los 7 manuscritos de un premio literario que es de novela corta y fútbol. Lo último que me he leído ha sido «Fortunata y Jacinta» porque estamos en el año de Galdós y me fascina y he vuelto a leer «La fierecilla domada» porque Shakespeare también es siempre un puerto al que volver.

-Tu última criatura literaria apenas es una recién nacida, pero ¿tienes ya nuevo proyecto en mente? ¿Puedes darnos algún avance de lo que está por llegar?

En estas tres novelas de Roures hay mucha verdad, me he dejado en ellas tanto la piel como los sentimientos y es por ello que necesito hacer una pausa para poder escribir una historia que tengo en la cabeza desde hace mucho tiempo. Ya más tarde, volveré a Roures.

 

Agradecer a Marta el ofrecerse a compartir este rato con nosotros y también a Patricia Artero, una de las organizadoras del festival, que nos ha dado esta oportunidad.

Un café con…Alan Hlad

La entrevista que os traemos hoy es especial ya que se trata del primer autor extranjero con el que hemos tenido el placer de conversar acerca de su novela. Antes que nada agradecer a la Editorial Espasa que nos haya dado esta oportunidad aunque el café haya sido virtual.

Alan Hlad dejó su trabajo como ejecutivo para dedicarse exclusivamente a la literatura y «El largo camino a casa» es su primera novela. Una novela fascinante basada en una inolvidable historia real. Una emocionante historia sobre el poder del amor en las horas más oscuras.

 -Para poner en antecedentes al lector, podríamos decir que la idea original de «El largo camino a casa» surgió de una noticia de prensa que leyó en 2012 donde se narraba el extraordinario hallazgo que realizó un hombre mientras reformaba una antigua casa abandonada. ¿Nos podría contar en qué consistió ese hallazgo?

Mientras realizaba la investigación para este libro, me cautivó un informe británico de noticias de 2012 sobre los restos esqueléticos de una paloma de guerra que se encontró en una chimenea de Surrey, décadas después de la guerra. Junto a la pata de la paloma había un mensaje codificado, uno que aún no ha sido revelado por los descifradores de códigos de todo el mundo, incluida la Sede de Comunicación del Gobierno de Gran Bretaña (GCHQ). Encuentro intrigante que los descifradores de códigos británicos, durante la Segunda Guerra Mundial, pudieran desentrañar la máquina Nazi Enigma y cambiaran el rumbo de la guerra. Pero hoy, este mensaje cifrado ha dejado perplejos a los mejores criptólogos del mundo, y todavía hoy el mensaje de la paloma sigue siendo un secreto.

– Cuéntenos brevemente en qué consistió la Operación Fuente Columba y cómo tuvo conocimiento de ella.

Durante mi investigación de la Segunda Guerra Mundial, en particular la del otoño de 1940, descubrí que los servicios británicos estaban convencidos de que la invasión alemana de Gran Bretaña era inminente. Las palomas de guerra fueron enviadas detrás de las líneas enemigas en un intento de obtener información sobre cuándo y dónde invadirían las fuerzas militares de Hitler. “Source Columba” (más tarde en la guerra conocida como Operación Columba) fue el nombre en clave para lanzar 16,000 palomas mensajeras en la Francia ocupada por los alemanes y los Países Bajos como un método para que los locales brindaran un servicio de inteligencia a Gran Bretaña.

 -Temporalmente, «El largo camino a casa» nos sitúa en la Segunda Guerra Mundial pero esta novela no versa especialmente sobre batallas o al menos no únicamente ya que aquí hay una bonita y tierna historia de amor. Nos podría hacer un retrato robot de los dos personajes principales: Susan y Ollie.

Siempre me han fascinado las historias de amor en tiempos de guerra. Algunos de mis libros favoritos incluyen «El paciente inglés» de Michael Ondaatje «La mandorina del capitán Corelli» de Louis de Bernieres y «Doctor Zhivago» de Boris Pasternak. Escribí «El largo camino a casa» con la intención de entrelazar una historia de amor enmarcada en eventos pocos conocidos durante la Segunda Guerra Mundial.

-Hay un extracto de la novela que dice así: “Susan no se imaginaba a sus palomas como si fueran simples planos metidos dentro de un tubo. No eran hojas de papel que hubiera que proteger para que no se arrugaran. Eran palomas. Sus palomas, tan hermosas como inteligentes y leales.” Supongo que habrá tenido que leer y documentarse acerca de las palomas. ¿Cree usted que las palomas mensajeras eran especiales?

Sabía poco, antes de realizar la investigación para este libro, sobre los colombófilos o el heroísmo de sus palomas de guerra. Asumí, debido a los avances tecnológicos en comunicación, que las palomas de guerra no habían servido en gran número después de la Primera Guerra Mundial. Pero durante mi investigación, me sorprendió saber que las palomas mensajeras sí se habían utilizado ampliamente en la Segunda Guerra Mundial. De hecho, el Servicio Nacional de Palomas, una organización civil voluntaria en Gran Bretaña entregó más de 200,000 palomas de guerra a los servicios británicos entre 1939 y 1945.

Sí, creo que las palomas son animales realmente valiosos. Existen varias teorías sobre las extraordinarias habilidades de orientación de las palomas mensajeras, incluida la creencia de que pueden detectar las líneas del campo magnético de la Tierra para encontrar su camino a casa. Las palomas viven en grupos y ambos padres crían sus pichones. Simplemente me gusta creer que las palomas mensajeras se dedican a la familia, y que harán todo lo posible para encontrar el camino a casa.

 -De entre todas las palomas que posee Susan y su abuelo Bertie hay una especial que se llama “Duquesa” y que cobra un papel fundamental en la misión sin estar destinada a ella. Con “Duquesa” en esta novela hemos aprendido que hay esperanza o que puede haberla incluso en los peores momentos de la vida ¿Quería transmitir ese mensaje con su novela?

Sí, la esperanza es un tema de la historia. Específicamente, quería que «El largo camino a casa» fuera una historia en la que la esperanza nunca se pierda realmente.

– Con «El largo camino a casa» ¿Ha pretendido usted homenajear a esos ciudadanos anónimos que ayudaron a su país con lo que tenían y podían como es el caso de las palomas mensajeras?

Durante mi investigación, descubrí poco material sobre el Servicio Nacional de Palomas (NPS), una organización civil voluntaria formada en Gran Bretaña. Me imaginaba a Susan y Bertie como miembros dedicados del NPS que creían que sus aves extraordinarias ayudarían a Gran Bretaña a sobrevivir. Espero que «El largo camino a casa» honre a los hombres y mujeres que criaron más de 200,000 palomas de guerra durante la Segunda Guerra Mundial.

Además, espero que este libro pueda rendir homenaje al heroísmo de las palomas mensajeras que sirvieron en la guerra. Durante mi investigación, descubrí que la Dickin Medal, instituida en el Reino Unido para reconocer la galantería de los animales en la Segunda Guerra Mundial, fue galardonada 54 veces, 32 de los destinatarios eran palomas.

– ¿Qué le gustaría a Alan Hlad que el lector encontrara en su novela?

Espero que los lectores encuentren una historia basada en hechos fascinantes, verdaderos y poco conocidos durante la Segunda Guerra Mundial, que es, a su vez, un testimonio del poder del amor, la esperanza y el sacrificio en nuestras horas más oscuras.

-Deduzco que el proceso de documentación para la novela habrá sido arduo. ¿Tuvo complicaciones para documentarse? ¿Cuánto le ha costado escribir esta novela? ¿Lo tenía todo planificado desde el inicio?

Fue una labor de amor investigar los registros históricos, que incluían el Blitz de Londres, el Servicio Nacional de Palomas, la Operación Columba y los 200 pilotos estadounidenses voluntarios que sirvieron en los Escuadrones Águila de la Real Fuerza Áerea, antes de que los Estados Unidos se unieran a la guerra en diciembre de 1941. Invertí tres años para escribir «El largo camino a casa».

 No tenía todo planeado desde el principio. Cuando leí aquella noticia en 2012, sobre los restos esqueléticos de una paloma de guerra y su mensaje indescifrable, supe cómo sería el final de la novela, me inspiró. Escribí la historia con el final en mente.

– «El largo camino a casa» es su primera novela. Según tengo entendido, dejó su trabajo como ejecutivo para dedicarse a la literatura. ¿Siempre le ha gustado escribir o en qué momento sintió esa necesidad?

Siempre me ha encantado escribir, desde mi infancia. Mi madre, una mujer artística y lectora voraz, me inculcó la pasión por la música, la lectura y la escritura.

– ¿Qué placer le proporciona la escritura que no le ofrece la lectura?

Escribir me brinda la oportunidad de crear historias que evocan emoción con los lectores. Estoy profundamente honrado y agradecido de escribir novelas para que la gente disfrute.

-Siendo usted ejecutivo, un trabajo que podríamos decir que está alejado de la literatura ¿cuáles son sus referentes literarios?

Durante mi carrera ejecutiva, escribí prácticamente cada día, y mantuve un diario de historias que llevaba conmigo en mis viajes de negocios. Además, aproveché todas las oportunidades para escribir artículos financieros en revistas y presentarme como voluntario para hablar sobre la industria. Además, asistí a numerosas conferencias de escritura y me uní al Grupo de Escritores de Akron, que ha sido invaluable para desarrollar habilidades de escritura.

-Por último ¿qué está leyendo ahora Alan Hlad?

Actualmente estoy leyendo dos libros, «Sin novedad en el frente» de Erich Maria Remarque, y una copia avanzada de «Etiquette for ruanawys» de Liza Nash Taylor.

 

Queremos agradecer a Alan Hlad que haya respondido tan amablemente a nuestras preguntas y a su Editorial por brindarnos esta oportunidad.

Un café con…Juanjo Braulio

En nuestro primer café del año hemos tenido el placer de conversar con el escritor Juanjo Braulio. El pasado 1 de enero se estrenó en todos los cines la película basada en su novela «El silencio del pantano»Juanjo Braulio ha desarrollado su carrera profesional como periodista en diversos medios de la Comunidad Valenciana. Han sido muchos años contando verdades que parecían mentiras. Con sus libros ha pretendido dar un paso hacia la ficción para poder relatar mentiras para decir verdades.

-La primera pregunta que quisiera que me contestaras es ¿qué se siente al saber que tu novela, y además la primera que publicas, se va a convertir en una película?

En el momento en el que recibí la noticia, el sentimiento fue de incredulidad porque no creía que todo aquello me fuera a pasar a mí. Después, fui asimilándolo conforme el proyecto avanzaba y se iba haciendo la realidad que es hoy en día.

-Recomiéndanos un libro de esos que consideras imprescindible, un libro que todos debemos leer en la vida.

¿Uno solo? Imposible. No obstante, en mi lista de libros leídos tantas veces que tienen la categoría de imprescindibles están “Memorias de Adriano” de Marguerite Yourcenar,  “El nombre de la rosa” de Umberto Eco, “Cañas y barro” de Vicente Blasco Ibáñez o “El Romancero Gitano” de Federico García Lorca.

¿Eres muy maniático a la hora de escribir?

No especialmente, creo. Como periodista estoy acostumbrado a redacciones ruidosas, a redactar crónicas en la calle, en un pasillo y en sitios peores aún, así que me vale casi cualquier sitio. No obstante, si estoy cómodo, tranquilo y relajado pues, obviamente, trabajo mejor.

-¿Qué consejo o recomendación le darías a alguien que quiere ser escritor/a?

Que sea consciente de que todo ha sido ya contado por alguien y, probablemente, mucho mejor en el 95 por ciento de los casos. Y que lea. Mucho. De otro modo, se nota por mucho marketing y celofanes que le pongan al invento como se hace por ahí con gente que publica libros y que se nota que ni leen ni han leído. O lo que han leído son manuales de escritura de best-sellers.

-¿Qué placer te da la escritura que no te da la lectura?

No describiría mi relación con la escritura como un placer, aunque tampoco es un tormento, claro. Es más bien algo a mitad camino entre una necesidad y un desafío. He de dar salida a las ideas que me bullen en la cabeza, pero el proceso de convertirlas en novela es más duro y laborioso de lo que parece desde fuera.

-¿Eres un escritor de brújula o de mapa, es decir lo tienes todo planificado desde el principio o te dejas llevar por lo que la novela te pide a medida que avanza?

De brújula, sin duda. Sé desde dónde salgo y el punto al que quiero llegar, pero el itinerario nunca está definido del todo y, por eso, hay veces que me sorprendo a mí mismo con giros argumentales, personajes y situaciones que no tenía previstos y que casi brotan delante de mí. Cuando eso pasa, la sensación es mágica porque, entonces, todo parece fácil y parece que alguien esté dictándome la historia en mi cabeza.

-«El silencio del pantano» podríamos decir que es una novela sobre el poder, pero el poder puede perderse y entonces algunos caen al pozo más profundo ¿querías transmitir ese mensaje en tu novela?

La idea es que el poder, en realidad, lo tienen siempre los mismos desde hace generaciones aunque hayan cambiado los nombres y los envoltorios. El mal es cuando los que lo ostentan se sienten amenazados y, ante el riesgo de perderlo, se pierden ellos mismos.

-En esta novela nos encontramos dos tramas paralelas y un libro dentro de otro libro ¿te gusta que los lectores se enfrentan a tus novelas de forma activa, con todos los sentidos en alerta para no perderse por el camino?

Creo que en los escritores del siglo XXI tenemos que aportar a la novela nuevas formas y estructuras. Está muy bien la fórmula de introducción, nudo y desenlace, pero creo que podemos avanzar hacia arquitecturas narrativas más complejas para que la comunicación entre el escritor y el lector sea más intensa.

-Has creado dos personajes que podríamos decir que son antagonistas: Q y Falconetti, ¿en la adaptación cinematográfica han conseguido que tus personajes sean tal y como tú los ves?

En el caso de Falconetti, el trabajo realizado por Nacho Fresneda es colosal porque, en efecto, se transformó en el gladiador gigantesco y brutal que imaginé para la novela. Con Q ha sido distinto porque yo no pretendía que fuera una persona, sino una idea, una especie de espíritu vengador y por eso en la novela no tiene descripción física, ni siquiera nombre. De ahí que la interpretación de Pedro Alonso sea tan intensa porque, junto al director Marc Vigil y al guionista Carlos de Pando, ha conseguido ponerle cara y vida a algo que yo nunca pretendí que lo tuviera.

-¿Qué fue lo más difícil de la escritura de «El silencio del pantano»?

Mantener la tensión narrativa y el interés de lector a través de una narración que se insertaba en la otra. Hubo muchas veces que pensaba que me había perdido y, si me perdía yo, para los lectores hubiera sido ininteligible.

-¿Qué opinas del contacto con los lectores? ¿han ayudado las redes sociales?

Prefiero el contacto directo en presentaciones, clubes de lectura o ferias de libro porque ahí puedo comprobar como la historia dejó de ser mía y cada lector o lectora ha hecho de ella lo que ha querido. Las redes sociales ayudan, sin duda, a la difusión.

-¿Has quedado satisfecho con la adaptación cinematográfica de «El silencio del pantano»?

Sí. La cultura es una conversación y, en este caso, Marc y yo hemos mantenido esa charla desde artes distintas que tienen lenguajes distintos. De hecho, todas las razones por las que me gustó las expliqué aquí.

-¿Tienes ya nuevo proyecto en mente? ¿Puedes darnos algún avance de lo que está por llegar?

En ello estamos. Escribir es como ir en bicicleta porque, si te paras, te caes. Y lo que quiero que llegue es otra historia sobre el mal o, mejor dicho, de cuánto mal puedes llegar a hacer persiguiendo hacer el bien.

 

Desde este blog queremos agradecer a Juanjo por dedicarnos parte de su tiempo. Si todavía no habéis tenido la oportunidad de poder ver la película os la recomendamos. Te esperamos pronto con tu próxima novela!

Un café con…Myriam Imedio

En esta ocasión hemos compartido café con Myriam Imedio, que recientemente ha obtenido el Premio Internacional de Narrativa Marta de Mont Marçal 2019 con su novela “La esperada Lluvia” por lo que su obra ha sido publicada por Roca Editorial. Myriam es una joven que ha luchado mucho para conseguir su sueño y, aunque nos confiesa que los inicios son duros puede estar satisfecha porque su novela está teniendo una excelente acogida. Si todavía no la has leído te invitamos a que leas “nuestro café” y estamos seguros de que “La esperada Lluvia” es un excelente regalo en estas fechas.

-Para los que todavía no te conocen, ¿quién es Myriam Imedio?

Myriam es una chica que adora las letras desde que tiene uso de razón. Con siete u ocho años ya les pedí a mis padres una máquina de escribir. Hay pasiones o vocaciones que te vienen desde que tienes uso de razón, nadie me inculcó el hábito de la lectura, pero siempre me ha gustado. De hecho, creo que estudié periodismo porque me gustaba mucho escribir y porque no había una carrera que te enseñara a hacerlo.

¿Tienes algún referente en la literatura a partir del cual empezaste a sentir ese hormigueo en el estómago y te lanzaras a escribir o siempre has escrito?

Como te he comentado antes, siempre he escrito y tal vez por eso no tengo un género concreto que me guste, es más, leo todo tipo de géneros. No tengo un autor de cabecera pero si tengo que destacar a alguno, debo mencionar a Zafón, su prosa y su forma de escribir me gusta mucho. También suelo acudir bastante a los clásicos debiendo resaltar un libro que me marcó como es “Donde el corazón te lleve” de Susanna Tamaro. Este libro me enamoró tanto que pensé que yo quería escribir así.

Tu primera novela “El séptimo punto de Selleck” la autopublicaste en Amazon y con “La esperada Lluvia” has obtenido el Premio Internacional de Narrativa Marta de Mont Marçal 2019, ¿Qué ha supuesto para ti este premio?

Ha supuesto dar un salto. Lanzarse a publicar en el mar de Amazon es una aventura y, como todo, tiene su parte buena y su parte mala, lo mismo ocurre con la publicación tradicional. En este caso, lo que más me ha gustado ha sido la posibilidad de conocer qué piensa la gente de lo que escribo, ese contacto directo con los lectores ha supuesto mucho para mí.

Antes de iniciar una novela, ¿eres de los escritores que se planea absolutamente todo, como son los personajes, los escenarios, el principio, el final, o vas improvisando sobre la marcha?

Los personajes sí, me los imagino y perfilo completamente. Me hago fichas de todo, de cómo visten, sentimientos, forma de hablar, todo. Por lo que respecta a la trama, sé cómo va a empezar y a finalizar, pero el resto voy creándolo sobre la marcha. Es verdad que a veces divago mucho con la documentación, se invierte mucho tiempo, pero me gusta mucho ese proceso.

– ¿Qué lee Myriam Imedio?

Ahora estoy leyendo “La joven de azul jacinto“ de Susan Vreeland y “El beso de Tosca” de Vicente Garrido y Nieves Abarca. Leo un poco de todo y así me voy nutriendo de todos los géneros. Por eso a mi novela no le pondría ninguna etiqueta.

– ¿De dónde surgió la idea de “La esperada Lluvia”? ¿De dónde te vino la inspiración para crear esta historia que mezcla misterio y aventuras?

El punto de partida fue la Ruta de la Seda de Valencia. En la Calle del Hospital de Valencia se inauguró en 2016 el Museo de la Seda, visité el museo y empecé el proceso de documentación. Valencia fue una de las industrias de seda más importantes en España por eso me interesó investigar esta ruta y de ahí acabé en Afganistán, que es el inicio de la novela.

– “La esperada Lluvia” es una novela que tiene como protagonistas a tres mujeres de distintas generaciones. Estas mujeres son fuertes, luchadoras y se enfrentan a los obstáculos que les pone la vida, pero ellas no se rinden y además están comprometidas con su destino. ¿Te identificas con este tipo de mujer?

Sí, claro que me identifico con ellas. Cuando escribo intento crear un muro invisible entre las protagonistas y yo, pero evidentemente hay algo de mí en esta novela, la gente que me conoce bien, sabe identificarlo. Las protagonistas de esta novela me han dado mucho juego y creo que el resultado ha gustado bastante.

– En esta trama de misterio que empieza aquí en el Museo de la Seda de Valencia y que nos lleva de viaje a Besalú, Figueres, Carcassonne…los escenarios escogidos son muy importantes y me atrevería a decir que fundamentales para situar al lector en la trama. ¿Cómo seleccionas los escenarios de tus novelas?

En este caso hay algo curioso en la selección de los escenarios. Leo muchos artículos de Pérez Reverte y en uno decía “a mí me gusta mucho levantarme en los sitios donde voy a ambientar mis novelas, respirar ese aire…”. En la anterior novela que estaba parte ambientada en Nueva York evidentemente no me pude desplazar así que con esta quería sentir lo mismo que Reverte, por eso, empecé a buscar escenarios. Me gustó mucho la parte del Sur de Francia, así que me desplacé a cada sitio que aparece en la novela y me imaginaba a los personajes caminando por allí. Tengo que reconocer que está muy bien visitar previamente los lugares que ambientarán la novela y documentarte in situ.

– ¿Qué fue lo más complicado de escribir “La esperada Lluvia”?

Lo más complicado ha sido un bloqueo que sufrí a mitad libro debido al miedo que tuve de que la gente entendiera la historia, quería que todo encajara a la perfección, tanto es así que cuando me quedaban cincuenta paginas para acabarla, la dejé de lado unos días, y me vino la idea de cómo seguir. Quería que la historia fuera como ir abriendo matrioskas y que poco a poco todo fuera encajando.

– Ahora que la novela ya lleva unos meses en las librerías, ¿Qué feedback has recibido de los lectores? ¿Qué te proporciona ese contacto con los lectores ya sea en presentaciones, clubs de lectura, redes sociales…?

Me he sentido súper arropada. Esto es lo bueno de publicar en editorial tradicional. Con la primera novela, los lectores me escribían, pero no tenía contacto con ellos. Con “La esperada Lluvia” he tenido ese contacto directo con los lectores que me ha permitido saber en primera persona lo que les ha gustado, lo que han entendido. Ese contacto es maravilloso.

– ¿Qué te gustaría que el lector encontrara en tu novela?

Sobre todo, que al leer mi novela se evada de su mundo. Es lo que más busco desde mi parte de lectora, que me desconecte del mundo. Como escritora pretendo ofrecer lo que busco como lectora.

– Por último ¿tienes ya nuevo proyecto en mente?

Estoy empezando algo nuevo donde la parte de documentación ya la tengo hecha. Puedo decir que la protagonista es una mujer y poco más, ya que serán los personajes los que me lleven de un lado a otro. Eso sí, va a ser muy distinta a la primera y a la segunda.

 

Muchas gracias Myriam por compartir este rato tan agradable con nosotros ¡todo un placer!

Un café con…Jordi Llobregat

Hemos tenido la suerte de poder compartir un café con el escritor Jordi Llobregat, donde hemos hablado acerca de su última novela “No hay luz bajo la nieve” y de muchos otros temas en torno a los libros y la literatura.

Para los que no conozcáis a nuestro escritor de hoy os contaremos que Jordi Llobregat es valenciano y compagina su trabajo con el amor por la literatura lo que le ha llevado a publicar dos novelas, “El secreto de Vesalio” en el año 2015 con un éxito rotundo en cuanto a críticas y ventas y vuelve este año con “No hay luz bajo la nieve” publicada por la Editorial Destino y que está teniendo una muy buena acogida por parte del público.

Jordi es también director del certamen Valencia Negra que es un festival de género negro que se celebra en la ciudad de Valencia durante el mes de mayo.

Después del gran éxito que cosechó tu primera novela, El secreto de Vesalio, la cual ha sido traducida a 19 idiomas, ¿te ha resultado más difícil sentarte delante de la página en blanco? ¿Has sentido más presión?

Buena pregunta. La respuesta es afirmativa. Como escritor nunca eres tan libre como cuando escribes tu primera novela. Tras haber funcionado tan bien mi primera novela, cuando te pones con la segunda tienes miedo de decepcionar a alguien ya que fueron muchos los que leyeron la anterior y escribieron cosas maravillosas acerca de ella. Por todo, cuando encaras tu segunda novela te sientes responsable, pero eso no ha hecho que cambie mi escritura, aunque sí que costara más escribir cada palabra.

– El auge del género negro en los últimos años está dando lugar a la creación de muchos festivales de literatura negra como el que tu diriges, Valencia Negra, ¿crees que estamos ante una generación literaria que marcará una época?

Tanto como eso, no lo creo. Se escribe mucha novela, pero no toda de calidad. Desde luego hay un auge de escritores de género negro en toda España. Antes leíamos estos libros de autores extranjeros, sin embargo, ahora hay muy buenos escritores españoles y esto ayuda a la creación de festivales. Sin autores los festivales no tienen sentido.

– “No hay luz bajo la nieve” es el título de tu última novela, ¿cómo eliges el título?

Elegir el título de una novela me resulta un trabajo muy arduo y duro, es como ponerle el nombre a un hijo que ya tienes. Al principio pongo algún nombre, pero nunca es el definitivo. El título es algo muy importante. En este caso, “No hay luz bajo la nieve” lo elegí ya al final, cuando ya teníamos la portada.

– ¿Cómo llegas a esta historia?, ¿Es algo que llevabas dentro? ¿De dónde viene la inspiración?

Inicialmente, la inspiración me vino de una fotografía de unos seminaristas que ocupaba toda una pared de un antiguo convento/seminario. Me quedaba embobado mirándola porque en las miradas de esos jóvenes veía unas expresiones totalmente reales, no sabían mentirle a la cámara, es decir, no es como ahora que todos mentimos ante una cámara, esos chicos mostraban una comunicación no verbal muy marcada y quise saber más de esos jóvenes. Además, estaba visitando colonias industriales, estaba en el Pirineo y quería escribir sobre la montaña, un lugar que me encanta…podríamos decir que esto fue la llama inicial.

– No hay luz bajo la nieve es una novela poliédrica desde el punto de vista de varios personajes los cuales van dejando algunas pistas para que el lector las vaya uniendo, en definitiva, una historia con muchas ramificaciones que imagino habrá tenido que estar muy bien planificada para que todo encaje de la forma tan fantástica como lo hace.

En mi caso la planificación es fundamental, de hecho, paso la mitad del tiempo con la estructura de la novela. Tengo que reconocer que “No hay luz bajo la nieve” es una novela con una estructura muy compleja donde el reto reside justamente en que el lector no se dé cuenta de ello, como si fuera una falla donde tú ves solo la parte exterior, pero nada de lo que hay en su interior, lo importante es que no se note. A mí me gusta tratar a los lectores como inteligentes, por eso he montado un puzle, una historia de piezas que luego encajan.

– La novela tiene siete partes como siete son los pecados capitales, ¿de dónde nace la idea?

El tema de la culpa y el pecado me interesa mucho. Hablar de pecados capitales te lleva a Dante, pero la idea era salirse de lo que ya estaba escrito. Me he documentado y he leído mucho acerca de este tema.

– La novela combina además de la trama de suspense, elementos históricos, como la línea P de búnkeres, las colonias industriales…imagino que detrás de todo esto hay una gran labor de documentación ¿te gusta más el proceso de documentación o de escritura?

Son diferentes. El proceso de documentación es muy bonito porque te permite la posibilidad de visitar espacios e investigar sobre temas que te llamen la atención. No obstante, hay que controlar el tiempo que le dedicas porque puedes divagar mucho y alejarte del tema que realmente estás investigando. La parte documental a veces puede ser sencilla, tiene una parte de investigador que puede ser atractiva. Me gustan las dos cosas.

– Hablando de los personajes, Álex Serra es un personaje que me ha encantado, con todos los matices que tiene: persona con un conflicto interno, ataques de pánico, un pasado complicado, ¿podremos conocer más de ella en otras entregas?

Yo creo que sí, más que nada porque como personaje todos pueden continuar, pero necesito que me motiven, y cuando creé a Alex pensé en ella como un personaje de largo recorrido y para ello tenía que crearlo como tal, pero, evidentemente, depende de que los lectores quieran saber más del personaje para que funcione.

– La ambientación en esta novela podríamos decir que es un personaje más ¿conoces personalmente los lugares en los que se desarrolla la novela? ¿Por qué los has elegido?

La montaña yo la trato como un ente en general, con la idea de que sea un personaje más, como afecta a los personajes, como los remueve…la montaña es un entorno que en realidad humanizamos, pero hay que ir con cuidado con ella.

– El hecho de que las protagonistas de la historia sean mujeres, Álex y Raquel, ¿te ha supuesto una mayor complejidad o un reto más grande que si hubiera sido un hombre? ¿Llevabas mucho tiempo pensándolo?

Lo difícil siempre es crear un buen personaje, ese es el reto, da igual que sea hombre o mujer. Desde hace tiempo quería escribir con mujeres protagonistas, me atraía mucho ya que quería ver si era capaz de ello. Lo cierto es que, de jovencito, me aburrían las conversaciones de mis amigos entonces me rodeaba siempre de mujeres porque sus conversaciones me atraían más.

– “No hay luz bajo la nieve” es una novela negra o un thriller, ¿qué autores de este género te sirven de referencia?

A mí me gustan las buenas historias y por tanto soy lector de todos los géneros. Hay unos cuentos de Rosa Montero que me encantan, y posiblemente, aunque no sea thriller puedo coger algo de ahí. Autores que leo continuamente: Stephen King, Nesbo, Fred Russell, John Connolly…

– Ahora que la novela ya lleva un tiempo en las librerías, ¿qué feedback has recibido por parte de los lectores? ¿Lees las críticas que se hacen? ¿Te sientes bien tratado por la crítica?

Con respecto a estas preguntas, un consejo muy bueno sería no leer nada. Necesitamos protegernos tanto de lo malo como de lo bueno. No obstante, si tienes redes sociales es difícil no recibir información, además de que tienes curiosidad por ver si ha gustado. Personalmente, estoy abrumado por el cariño que estoy recibiendo de las personas a las que les ha gustado, es fantástico.

– Para los que no conocen todavía tu novela, ¿qué destacarías de ella? ¿Por qué el lector debería elegirla?

¡Uff qué pregunta! Hay muchos y muy buenos libros en el mercado, estaría bien que eligieran este porque de entre lo que hay en el mercado es diferente. Creo que me ha salido bastante bien, se lo van a pasar bien y van a descubrir cosas que no conocen.

– ¿Qué estás leyendo ahora?

Me estoy leyendo lo último de Dolores Redondo porque la presento el día 19 en Valencia. Siempre llevo varios libros a la vez, estoy con el último de Jo Nesbo, tengo en la mesita uno de Rosa Montero, unos cuentos de Jack London y me llegó hace unos días el último libro de Gellida. Además, siempre leo a Roald Dahl a quien considero que se tiene que leer si uno quiere ser escritor.

 

Por último, agradecer a Jordi Llobregat el prestarse a pasar un rato tan agradable en nuestra compañía y compartir unos momentos increíbles hablando de libros.

 

 

Un café con…Raúl Ariza

En la sección “Un café con…” hemos tenido la oportunidad de sentarnos a conversar con Raúl Ariza y conocer un poco más su última novela “Antes. Entonces. Nunca” publicada por la Editorial Talentura este año 2019. Raúl ha publicado varios libros de relatos y también la novela Un viaje solo para hombres (Ediciones Versatil, 2017), una novela en la que la violencia machista, que es diseccionada y analizada con tensión y rigor inusual, sirve de telón de fondo y leit motiv fundamental, y en la que se suscita un viaje sin retorno por vías/vidas paralelas que confluyen, al final, en un destino fatídico. Y ahora nos presenta “Antes. Entonces. Nunca” que es una aproximación actual y mundana al mito clásico de Narciso. Con su habitual crudeza y desnudez, Ariza nos relata la bajada a los infiernos del protagonista de esta novela, un tipo brillante, pero vanidoso y complejo, que vive para y por su propia belleza, hasta que por culpa de un aparente accidente, a priori sin mayor trascendencia, ve como la gente que le rodea, el mundo que hasta ese momento estaba seguro de dominar gracias a sus innegables encantos, le da de repente la espalda, obligándole a tomar la más difícil de todas las decisiones.

 

1.-Para los que todavía no te conocen, ¿quién dirías que es Raúl Ariza?

Si me tengo que presentar como escritor que es lo que interesa, soy un tipo que lleva escribiendo toda su vida. Yo suelo decir en las presentaciones que empecé a escribir por amor. Me invitaron a un cumpleaños de una chavala que me gustaba y como no tenía dinero para comprarle algo le escribí un cuento. A partir de ahí, empecé a engancharme, hasta que en 2009 una editorial leyó mi blog y empecé a escribir mi primer libro de relatos y hasta hoy. Este es Raúl, un tipo que hace muchas cosas, que es abogado y que, es, sobre todo, lector.

2.- ¿Eres muy maniático a la hora de escribir? ¿lo tienes todo planificado?

Absolutamente caótico, anarquista, empiezo a escribir sin saber lo que quiero escribir, hacia donde me va a llevar…Normalmente empiezo porque hay una frase que me llama la atención o una foto, no utilizo escaletas ni nada. Una vez lo tengo escrito y empiezo la revisión ahí sí que soy concienzudo.

3.-Referentes en el mundo de la literatura.

Como leo tanto, te podría decir muchísimos, pero, sí que tengo unos autores que me sirven de “guía” por sus texturas, por como manejan lo que cuentan, siempre los he tenido presentes, por ejemplo, ojalá yo tuviera el ritmo de Robert Louis Stevenson, cuando necesito escribir alguna escena de acción releo “La isla del tesoro”. Otro escritor que me gusta es Truman Capote.

4.- ¿Qué lee Raúl Ariza?

En estos momentos estoy leyendo “Ordesa” de Manuel Vilas, “Hasta llegar al mar” de Carlos Aguado, autor de Talentura y alguno más seguro.

5.- ¿Qué te hace abandonar una novela?

Lo que me hace abandonar es que no empatice con el mensaje que el autor me quiere transmitir, que me deje frío. Igual no los concluyo, pero no los aparto, los reservo hasta que llegue su momento.

6.-Centrándonos en “Antes. Entonces. Nunca” ¿el título estaba escogido desde el principio de la novela?

No, yo tengo muchísima facilidad para buscar títulos, es una especie de enamoramiento a primera vista, pero me ha costado. Puse dos o tres títulos, pero a los compañeros escritores a los que les envié la novela para testarla les gustaba la novela, pero el título no. Me di cuenta de que el título lo podía extraer de la estructura de la novela dado que había querido crear una novela con tintes teatrales, son tres actos, muy bien definidos y así fue como decidí el título.

7.- ¿Tenías claro desde el principio esta estructura tan marcada del libro, dividida en tres partes tituladas?

La novela en un principio no tenía esa estructura, le di muchas vueltas hasta que tuve claro que esto era un melodrama, profundicé en la definición y a partir de ahí, ya configuré la novela. No tenía música ni ningún otro tipo de apoyo así que me centré en la descripción de las escenas y en el ritmo.

8.-Hay muchas referencias cinematográficas y literarias en el libro ¿te inspiran a la hora de escribir?

No necesariamente. Me gusta muchísimo el cine, pero aquí en “Antes. Entonces. Nunca” me venía muy bien porque aquí el protagonista es un pretencioso y quería que todas las referencias vinieran de su parte, descargar sobre el personaje.

9.- ¿Qué has pretendido contar con esta novela, el mito de Narciso?

Aquí hay muchos mimbres de una novela que yo pensé cuando tenía 20 años pero que la dejé apartada en un cajón. Cuando me volví a sentar a escribir después de la promoción de mi anterior novela pensé en retomar ese manuscrito, y se lo envié a dos amigos escritores sin decirles que era mío. A ninguno les gustó, pero uno me dijo “aquí está Narciso”. Y así es, quiero hablar de la soledad, lo que provoca esa necesidad de estar solo, la necesidad de contar que le puede pasar a alguien que solo se quiere a sí mismo.

10.- ¿Tiene algo, poco o mucho de autobiográfico?

Todos tenemos algo de Narciso. Prácticamente es todo autobiográfico, cambiando nombres y algunas cosas que no son exactamente reales.

11.-Para los que todavía no conocen “Antes. Entonces. Nunca” ¿por qué el lector debería escogerla?

Yo creo que lo tendrían que elegir si ellos se valoran a sí mismos como lectores con músculo, no elijan esta novela si no quieren pasarlo mal. Yo necesito lectores que no busquen la complacencia, uno de los peores halagos que puede recibir un autor es “me he leído tu novela de un tirón”, yo lo que quiero es que el lector empiece a sufrir, se detenga, piense porque me cuenta esto aquí, lo que quiero es crear historias con aristas que hagan reflexionar, eso es lo que a mí me gusta escribir.

 

Muchas gracias Raúl por compartir este café conmigo y así poder descubrir más cosas de tu faceta como escritor y de tu libro. Un placer.

Un café con…Rosario Raro

Retomamos nuestra sección “Un café con…” con la estupenda escritora Rosario Raro, ha sido un placer poder compartir un rato de charla con Rosario, una mujer que encandila a cualquiera con su dulzura, su sapiencia y la pasión que pone en todo lo que hace.

Rosario Raro es profesora de Escritura Creativa en la Universidad Jaume I de Castellón, doctora en Filología Hispánica con una tesis sobre las estrategias de escritura en internet y posgraduada en Comunicación Empresarial y Pedagogía. Desde hace más de 20 años imparte cursos y talleres literarios para numerosas instituciones.

Rosario tiene publicadas tres novelas, de su novela Volver a Canfranc  (Planeta, 2015),  se han publicado hasta el momento siete ediciones, ha sido finalista de los premios de la crítica valenciana y la productora Diagonal TV ha adquirido los derechos audiovisuales de la misma para su adaptación a la pantalla. Su segunda obra es La huella de una carta (Planeta, 2017) y este pasado mes de abril publicó Desaparecida en Siboney también en la Editorial Planeta (podéis leer mi opinión aquí).

 

¿Por qué decides sentarte y escribir esta novela?

Todo surgió de un informe que me enseñó un anticuario. Fue él quien me dijo que ahí había una historia y claro, a los que escribimos, siempre se nos acerca gente para decirnos que si nos contaran sus vidas, podríamos escribir una novela sobre ellas. En este caso yo me decidí porque la historia que me contaron abordaba la trata de esclavos, un tema que no está muy explotado en nuestra literatura y eso que, en España, durante cuatro siglos, nada más ni nada menos, ha habido trata de esclavos.

En mis tres novelas anteriores, he intentado que la parte social tenga mucho peso y es por eso que no pude resistirme a contar esta historia, sobre todo, por todo lo que fui descubriendo durante el trabajo de documentación.

¿De dónde surgió la idea de “Desaparecida en Siboney”? En la presentación contaste que habías visto un retrato y un telegrama de Alfonso XII.

Efectivamente, lo que me despertó la curiosidad fue la mirada que tenía Mauricio, protagonista de la novela, en una foto que me enseñaron. Esa mirada captó mi atención y me hizo tirar del hilo. Fue así como averigüé que Mauricio y Bartolomé eran cuñados. Habiendo descubierto este dato, contar esta historia me atrajo mucho, especialmente porque las disputas y relaciones entre cuñados es un tema que no está muy explotado en la literatura.

¿Cuánto tiempo te ha llevado escribir “Desaparecida en Siboney”?

La historia la retuve en la cabeza durante mucho tiempo, de hecho, mi encuentro con el anticuario tuvo lugar durante el tiempo que permanecí en Lima. No dejaba de darle vueltas a la historia y mi interés por ella iba creciendo. Tras decidirme a contarla, el proceso de escritura con correcciones y todo me llevaría dos años y medio. Personalmente tengo que decir que empiezo a escribir cuando tengo toda la historia en mi cabeza.

¿La localización en tus novelas es importante, conoces los escenarios de tus novelas?

Efectivamente, además el escenario para mí no es intercambiable, mis novelas no pueden ocurrir en otro lugar. Esta novela no se puede trasladar a otro lugar ni en otro tiempo, tiene que estar todo incardinado en el tiempo y en el espacio que describo. Considero que no se puede arrancar la historia y trasplantarla en otro lugar dado que me baso en hechos reales, por tanto ya me viene todo dado. Y en este caso conozco las localizaciones de la historia.

Narrar hechos de una época que no has vivido también tiene que ser una tarea ardua. En esta novela el lenguaje empleado es acorde a la época, ¿te ha costado mucho?

Para mí, como filóloga, los anacronismos lingüísticos son algo que al lector le pueden sacar de la historia y yo quería ser fiel a la época. Tuve que leer muchas novelas del sigo XIX y también muchas novelas sobre ese siglo, incluso una tesis doctoral que hablaba del dinero en el siglo XIX, como era la relación de la gente con el dinero, como pensaban en aquella época los personajes, etc.. Un ejemplo de ello es que las mujeres no podían hacer transacciones con dinero ni heredar, quienes heredaban eran los hombres.

Hablando de los personajes, haznos un retrato robot de los dos cuñados, Mauricio y Bartolomé.

Yo no quería que fueran el bueno y el malo, Bartolomé tiene una gran virtud y es que es muy trabajador, sin embargo, Mauricio ha vivido de lo que ha heredado pero claro, ese personaje nos cae bien porque al otro lo vemos como un “negrero” y hay que pensar que en esa época trasportar personas era lo mismo que trasladar ron, tabaco… era una actividad muy lucrativa. Mauricio es una “joya” porque era mujeriego y Bartolomé es un hombre hecho a sí mismo por eso no quería que fueran el héroe y el antihéroe.

                                                                                                                                                                                                                 

“Que alguien nos lea es el mayor ejercicio de generosidad que existe porque nos entrega lo más valioso que tiene que no es su dinero sino su tiempo”

Para los que todavía no conocen “Desaparecida en Siboney” ¿qué destacarías de ella? ¿por qué el lector debería elegirla?

El motivo de elegirla sobre todo sería porque creo que cuando escribo intento, y lo subrayo lo de intento, que una novela tenga lo que yo busco cuando leo un libro, por un parte, que me cuente algo que yo no sabía, luego también que me tiene que conmover, no sean grafías muertas sino que las letras cobren vida, que me involucre con los personajes que quiera saber qué les ocurre y por último que me entretenga, soy una gran defensora de la literatura de entretenimiento. El entretenimiento no tiene que estar reñido con hablar de temas de calado social, algo que me gusta mucho es que la gente me diga que después de leer mi libro quiera investigar más.

Leí en una entrevista en la que decías que siempre tienes que escribir, al menos, una página al día, entiendo que ya estarás con una nueva aventura. ¿qué podemos esperar de Rosario después de “Desaparecida en Siboney”?

Todos los días escribo, si no escribo es como si me faltara algo. Tengo muchas ideas para otra novela pero aún no sé cual será la próxima novela. En estos momentos, estoy escribiendo ensayo y poesía. Necesito todavía mucho tiempo para documentarme y darle forma a la novela.

¿Qué lee Rosario Raro?

Uff! Sobre todo leo, sin prejuicios y sin complejos, si lo pensamos, una novela abarca todas las facetas de la vida. Leo mucho a Max Aub porque me parece un autor único, me gusta mucho Francisco González Ledesma y también me gusta la literatura de Montserrat Roig, Carmen Laforet, entre otros. Tengo que decir que especialmente leo literatura actual ya que a todos nos gusta saber lo que se publica ahora y además de compañeros míos. También sigo la literatura peruana ya que estuve viviendo allí diez años. Ahora con todo el tema de la esclavitud he leído mucha literatura africana porque me interesaba saber cómo lo veían ellos que no fuera la historiografía únicamente, saber desde otro punto de vista.

¿Qué libro has releído más veces?

Seguramente uno de los que más presente he tenido ha sido “La piel fría” de Albert Sánchez Piñol. Me gustó mucho “Regreso a tu piel” de Luz Gabás porque conecté mucho con ese libro. De joven leía mucho a García Márquez. Libros de poesía y también libros de alumnos míos que he sido de las primeras personas que he podido leerlos y que luego cuando entro en una librería no sé que me alegra más si ver una novela mía o de ellos.

¿Qué libros nos recomiendas leer, ese libro que piensas que todo el mundo se tiene que leer una vez en la vida?

“El Quijote”. Ya sé que no soy muy original, pero se dice eso de “Si todo está en los libros, todos los libros están en El Quijote”. Yo lo he releído y hay cosas que todavía me sorprenden que estén ahí, es como si fuera un libro atemporal.

¿Lees las críticas o reseñas que se hacen de tus libros?

Suelo leerlas después de que ya tenga avanzada mi próxima novela porque inevitablemente tenemos curiosidad, así que le tomo el pulso para ver como va, pero tenemos que pensar que una reseña es la opinión de una persona. Hay que tomarlas como eso “la lectura que hace alguien en concreto de una novela”. A mí me gusta una cosa que pone en el Teatreneu de Barcelona hay un cartel a la salida que dice “Si te ha gustado cuéntaselo a todo el mundo y si no te ha gustado no se lo digas a nadie”. Si un libro no te gusta no tienes que ensañarte con él porque he leído reseñas de gente que el autor más que escribir un libro parecía que hubiera matado a alguien.

Por último, ya que eres profesora de escritura ¿qué consejo le darías a alguien que quiere ser escritor/a?

Un consejo muy importante que yo me aplico es que “no hay que tener prisa”. Hay una frase que me gusta mucho de Caballero Bonald y es que “las prisas son la carcoma de la literatura”. También les diría que den el libro a leer a otra persona, esto siempre ayuda a tener una visión distinta a la nuestra, a verlo desde la distancia.

Agradecer a Rosario Raro este café conmigo, ha sido todo un placer poder conversar con ella acerca de su última novela “Desaparecida en Siboney” y de muchas cosas más. Y a los que todavía no habéis tenido la oportunidad de embarcaros en la lectura de los libros de Rosario os animo desde aquí seguro que descubrís a una gran escritora. 

 

 

 

 

 

…Julio César Cano

En esta ocasión hemos compartido “Un café con…” Julio César Cano. Para los que no lo conocéis todavía ejerció durante varios años como músico y mánager de grupos. Como autor, es conocido tanto por sus ensayos y artículos sobre gastronomía y viajes como por sus novelas y relatos, entre ellos «Cocina, carretera y manta» y «Hojas de otoño». «Flores Muertas» es la cuarta investigación del inspector Monfort, que sigue a la de «Asesinato en la plaza de la Farola» «Mañana, si Dios y el diablo quieren» y «Ojalá estuvieras aquí» que fue premiado con el Galardón Letras del Mediterráneo en 2017. La serie de libros protagonizada por el Inspector Monfort tiene como escenario lugares emblemáticos de la provincia de Castellón.

                          

  • Con “Flores muertas” van ya cuatro las ocasiones en las que el Inspector Monfort vuelve a las calles de Castellón, ¿en qué momento decidiste crear a este personaje?

Antes de las novelas protagonizadas por el inspector Monfort ya había publicado otros libros en los que la ambientación era parte esencial de las tramas. Fueron novelas situadas en Alemania, Inglaterra, Holanda, el Pirineo o el norte de Navarra.  Creí que faltaba una historia ambientada en el lugar donde ahora vivo. Como asiduo lector de novela negra creí que debía atreverme a escribir sobre lo que me gustaba leer. Y empecé a pensar en una novela negra o policial ambientada en Castellón y su provincia. Un reto para que los lectores de todo el país pudieran conocer esta tierra a través de un personaje concreto. Y así nació el inspector Monfort y sus colegas con Asesinato en la plaza de la farola. Luego MAEVA se interesó por el personaje y poco a poco llegamos a donde estamos ahora.

  • Durante estos cuatro libros la evolución del Inspector ha sido notable ¿en qué ha ido cambiando?

Creo que los personajes que perduran en distintas entregas deben crecer en el tiempo igual que los lectores o yo mismo como autor. Pese a que las novelas son autoconclusivas y que se pueden leer en un orden aleatorio, los personajes crecen, maduran, envejecen; sus vidas paralelas en cuanto a los casos que deben resolver son importantísimas en mi forma de escribir. No tendría lógica que los personajes no cambiaran su manera de hacer y de vivir. Monfort ha dejado de ser aquel policía visceral y descarado de la primera novela. Ha madurado, ha cambiado su lugar habitual de trabajo de Barcelona a Castellón, su madre ha muerto, su padre está enfermo, el recuerdo de su esposa fallecida trágicamente pesa pero los sentimientos cambian con el tiempo. Y así con el resto de personajes de las novelas que confieren un grupo en el que el transcurso de sus vidas cotidianas, al margen de su profesión, es de vital importancia para la serie.

  • Como punto de unión de tus novelas diremos que en todas hay una parte de denuncia de lacras que hay en la sociedad ¿por qué?

Hay varios aspectos de denuncia que son comunes en las cuatro novelas. Quizá el más importante sea la envidia: aquello que mueve los hilos en tantas ocasiones y que provoca grandes males en nuestra sociedad. Muchas veces, los escritores de novela negra denunciamos casos execrables que pese a ello son habituales, pero a mí me gusta buscar la raíz del mal, el origen, y de la misma manera que el amor y el dinero mueven el mundo, la envidia es una lacra que carcome y corroe a los seres humanos hasta convertirlos en malas personas.

  • Antes de iniciar una novela Julio es de los escritores que se planea absolutamente todo, ¿cómo son los personajes, las ubicaciones que vas a emplear, el principio, el final o vas improvisando sobre la marcha?

Antes de empezar a escribir hago un trabajo exhaustivo de investigación sobre la idea que quiero plasmar. Planeo casi todo: los personajes, la ambientación y sobre todo el principio y el final, pero es verdad que en muchas ocasiones los personajes crean situaciones inesperadas, de manera que toman caminos por los que me dejo llevar totalmente. Esa es una de las cosas con las que más disfruto a la hora de escribir, cuando veo que adquieren vidas propias que ni yo mismo había imaginado y que forman situaciones inesperadas que provocan giros en la trama. Es muy divertido que sea así.

 

  • ¿Tienes algún referente en la literatura a partir del cual empezaste a sentir ese hormigueo en el estómago y te lanzaras a escribir o siempre has escrito?

Me encantaba escribir redacciones en el colegio. Luego escribí letras para canciones, que era una forma genial de resumir en pequeños textos aquello que sentía. La lista de referentes literarios sería muy larga, pero creo poder decir que fueron las novelas de Julio Verne o de Arthur Conan Doyle las que provocaron el hormigueo que citas.

  • Con tu anterior novela “Ojalá estuvieras aquí” conseguiste el Galardón Letras del Mediterráneo, ¿qué supuso para ti?

Recibir un galardón como reconocimiento a que lo escrito provoque que el turismo hacia nuestra provincia gane adeptos es una sensación genial. Yo escribo novelas ambientas en nuestra provincia que tienen proyección a nivel nacional. Cuando alguien de cualquier punto de España visita Castellón por las novelas de Monfort, es cuando encuentro el mayor de los reconocimientos. El Letras del Mediterráneo fue un premio muy especial para mí. Ojalá vengan nuevos premios, trabajaré duro para que así sea, pero este tendrá siempre un lugar destacado en mi corazón.

  • Podemos decir que el Inspector Monfort es un policía de los de antes, un tipo chapado a la antigua, pero un buen tío, ¿qué hay de su autor en su protagonista?

Su amor por la música, su afición por la buena mesa y por los buenos vinos, y poco más. Monfort es un tipo peculiar, un policía que cree que cuando los que son como él ya no existan la gente los echará de menos. Monfort es una persona con un corazón enorme, con grandes sentimientos. Leal y fiel a los suyos hasta las últimas consecuencias. Un hombre que odia la mentira y la hipocresía.

  • Por otra parte, nos encontramos a Silvia Redó, una mujer que es el contrapunto a Monfort, pero que se llevan muy bien, ¿te ha costado mucho meterte en el papel de Silvia para poder plasmar su parte más sensible?

Antes me preguntabas qué había en mí del inspector Monfort. Pues bien, te diré que si hay un personaje en el que puedo reflejarme de mejor manera esa es Silvia Redó, el contrapunto de Monfort. Ella es quien, pese a todo, le marca el camino, le guía y le sirve de timón en tantas ocasiones. Me encanta escribir el papel de Silvia Redó, sacar de ese personaje femenino toda la sensibilidad es un reto que me atrae muchísimo como escritor. Personalmente te diré que es uno de mis personajes más queridos, tanto o más que el propio inspector.

  • Todas tus novelas tienen un denominador común que es la capacidad de poder transportar al lector, sin moverse del sofá, por cada una de las ciudades protagonistas de tus novelas, se nota que eres un gran amante de la gastronomía ya que los recorridos para comer que realiza el Inspector Monfort nos deja a todos con ganas de visitar esos sitios. ¿es así? ¿los conoces todos?

Solo escribo sobre lugares que he visitado en alguna ocasión. Sobre el tema gastronómico procuro ir a los restaurantes citados en las novelas antes de que me conozcan, escribir sin ningún tapujo, que luego se enteren de que he escrito sobre ellos, no antes. Algunos ya son habituales en las novelas. Soy muy feliz cuando en algún restaurante me comentan que han tenido que ampliar las existencias de algunos platos porque los clientes quieren aquello que siempre pide el inspector Monfort o que en cierto hotel hay personas alojadas que han ido atraídas por las novelas. Me gusta leer historias en las que la ambientación es real, poder visitar los lugares citados en el libro, ya sean pueblos, ciudades, monumentos, hoteles, bares o restaurantes. Transportar al lector sin moverse del sillón de lectura es mi máximo cometido como autor, la meta a seguir, el destino final. Eso es todo lo que persigo.

  • ¿A la hora de escoger un libro para leer, Julio abandona su zona de confort?

No tengo zona de confort para leer. Escribo novela policial, pero no leo únicamente novela negra o policial. Soy un lector sin etiquetas, me encanta leer y releer las obras de Jane Austen, por ejemplo. Leo a muchos autores que poco o nada tienen que ver con el género que escribo.

  • ¿Qué te ha proporcionado el contacto con los lectores, ya sea en presentaciones de libros, en clubs de lectura, en festivales, ferias…?

Los lectores son la razón de ser de aquellos que escribimos, sin ellos nada tendría sentido. Yo mismo soy lector antes que escritor, por supuesto. El contacto con los lectores es primordial, saber lo que piensan es importantísimo para mí, con ellos se aprende mucho todos los días. Cada lector ve el libro de una forma distinta a otro, y todos los puntos de vista son esenciales y enriquecedores. Completamente necesarios.

  • En “Flores muertas” nos dejas al Inspector Monfort totalmente al borde del abismo y a la subinspectora Redó en estado de shock ¿qué va a pasar con tus protagonistas?

El tiempo dirá qué va a pasar con ellos. Me gusta decir que son inmortales, que sus vidas están en mi cabeza y que si los lectores quieren perdurarán en el tiempo.

  • Nos puedes adelantar algo de tu nuevo proyecto.

Actualmente estoy trabajando en lo que será la quinta entrega de la serie del inspector Monfort. No puedo adelantar mucho ya que estoy en los primeros pasos del proyecto, pero sí diré que será una novela sorprendente, distinta a las demás, con la intención de que el lector no pueda abandonar su lectura desde las primeras páginas. En eso pondré todo mi empeño y cariño durante los próximos meses. Espero conseguirlo.

 

Ha sido un placer compartir este ratito con Julio C. Cano y conocer algo más acerca de sus libros. Gracias por tu cercanía y tu tiempo y esperamos tus lectores con muchas ganas la siguiente entrega del Inspector Monfort. Muchas gracias!!

…Laura Delgado

Hoy tomamos café con Laura Delgado, nacida en Tenerife, esta autora ha cosechado varios éxitos con sus obras. Laura ha ganado el V Certamen Internacional Patricia Sánchez Cuevas con su novela “La crisis de Borja”, también obtuvo en 2014 el segundo premio en el Certamen de Relato Hiperbreve con “Veinticinco líneas”, el segundo premio por “La elección de un zapato” del Certamen de Género Fantástico de Sestao, o el conseguido en El Rosario por el relato “Proceso de Selección”. En el 2015 publica su primera novela “Dos días al año”, un texto erótico y romántico y en 2018 nos presenta “Tenemos chica nueva en la oficina”.

 

1.Para los que no te conocen todavía ¿quién es Laura Delgado?

Si alguna vez has visto a una mujer andando totalmente distraída, sonriendo (sin estar mirando el móvil) o incluso hablando por lo bajito como si fuera acompañada, esa soy yo.

Lo mío es llevar lo de «estoy en mi mundo» a un nivel permanente, y si estoy en medio de la creación de alguna historia aún más.

2.Hasta ahora habías escrito relatos breves principalmente, ¿por qué decides sentarte y escribir “Tenemos chica nueva en la oficina”?

En realidad escribí Tenemos chica nueva en la oficina tras terminar mi primera novela, Dos días al año, de género romántico-erótico.

¿Les ha pasado alguna vez que tras un atracón de helado o de tarta, el cuerpo te pide algo salado? Pues esa fue exactamente la sensación que tuve al empezar a contar la historia de Marisa. La necesidad de probar un sabor diferente.

3.Imagino que como todos tendrás referencias en el mundo de la literatura, ¿qué libros o autores han influido en ti?

Hay muchos que me han marcado durante diferentes etapas. Desde «Las Aventuras de Teo» porque con él aprendí a leer; «Que veinte años no es nada» de Marta Rivera de la Cruz, que me enseñó un final diferente para las historias de amor; «Drácula» de Bram Stocker, me mostró que un libro puede dar miedo; «Sin noticias de Gurb», de Mendoza, por siempre conseguir que me ría a pesar de saberlo de memoria. Y el más significativo, «Los renglones torcidos de Dios» de Torcuato Luca de Tena, que me enseñó a elegir siempre a los personajes imperfectos de las historias.

4.¿Cómo es para ti el proceso de elección del título de la novela?

Suele ser lo último que hago. Dejo que el título lo escoja la misma novela. En el caso de Tenemos chica nueva en la oficina, fue la misma Marisa la que me lo susurró.

(Imaginaos a Marisa susurrando con un tono macabro…)

5.¿Qué libros nos recomienda Laura?

Hay una gran lista de compañeras y compañeros con muchísimo talento que solo necesitan que los lectores les den una oportunidad. Recomiendo leer a los autores desconocidos que encuentras en las ferias, o firmando en una librería. Seguro que te sorprende. Además son los que más amor ponen (ponemos) a sus critaturas.

6.“Tenemos chica nueva en la oficina” fue finalista del Certamen Novela Breve de la Agencia literaria Exit 2017 ¿qué ha supuesto para ti esta nominación?

Cuando terminé de escribirla, la dejé guardada en una carpeta en el pc sin hacer nada con ella. Por su temática y su protagonista, sabía que sería difícil de encajarla. Cuando pasaron unos meses, se la pasé a una bloguera y a una lectora cero, ambas me dijeron que no la abandonara, y unas semanas más tarde me enteré de este concurso. La envié y me olvidé de ella.

Cuando recibí el mail con el veredicto del concurso estaba en el trabajo. Lo leí y releí hasta tener claro que eran mis chicas las finalistas y cuando lo asumí tuve que controlarme para no ponerme a dar botes por la oficina.

Enseguida le escribí a mi familia y a mis amigos y esa noche lo celebré con una cerveza.

Luego esperé y esperé y no hubo más. Entendí que no había sido finalista del Premio Planeta y que no lloverían las ofertas, así que si quería que la novela saliera en papel, debía ponerme manos a la obra para buscarle editorial

7.En esta novela nos encontramos con personajes grises y situaciones rocambolescas ¿crees que se lo que ocurre en esta particular oficina se aproxima a la realidad?

Creo que la realidad siempre supera a la ficción.

8.Tras la lectura de novela creo que has conseguido crear un personaje peculiar, algo extravagante pero perfectamente bien trazado ¿Cómo es tu proceso a la hora de seleccionar a los protagonistas de tus novelas?

Marisa tiene una voz propia muy característica y desde el primer párrafo me ha contado hacia dónde quería dirigirse. Para ser sincera, a mí también me sorprendió su rumbo.

Aunque suene a locura, tras unas pocas frases los personajes son los que mandan y yo solo soy el conducto por los que se comunican. Y justo eso, es para mí, la magia de escribir.

9.Antes de iniciar una novela ¿la planificas mucho o te dejas llevar por la inspiración?

Me dejo llevar por completo. Soy una escritora de brújula.

10.Para los que todavía no han tenido la oportunidad de leer “Tenemos chica nueva en la oficina” ¿qué destacarías de ella? ¿por qué el lector debería elegirla?

Tenemos chica nueva en la oficina es una novela corta que se lee en lo que esperas a que se haga el café. Es diferente a todo lo que puedas imaginar y cuando crees que estás empezando a entender el comportamiento de Marisa, te darás cuenta de que te has equivocado. Pero Marisa no viene sola, la acompaña todo El Rebaño, un Jefazo y La Nueva (sin la que nada tendría sentido), personajes tan imperfectos como la protagonista, y que te arrastrarán a ese mundo en el que nadie es lo que parece.

Muchas gracias Laura por estas palabras y os animamos a que leáis alguna de las obras de Laura que os aseguro no os defraudarán, savia nueva y fresca que llega con ganas y a la que le tenemos que dar una oportunidad. En breve podréis leer una reseña aquí de su última novela “Tenemos chica nueva en la oficina”. No os lo perdáis!!

…Elena Casero

Retomamos nuestra sección “Un café con…” la autora Elena Casero, a la que tuve la suerte de escuchar en Castelló Negre y posteriormente asistir a la presentación de su última novela “Las óperas perdidas de Francesca Scotto” en Benicassim. Elena tiene una dilatada trayectoria aunque su dedicación laboral haya sido otra, cuenta con cuatro novelas: Tango sin memoria (Mira Editores y reeditada por Talentura), Demasiado tarde (Mira Editores), Tribulaciones de un sicario(Talentura Libros) y Donde nunca pasa nada (Talentura Libros). También tiene un libro de relatos, Discordancias (Talentura Libros), y otro de microrrelatos, Luna de perigeo(Ediciones Enkuadres S.L).

Para los que todavía no te conocen, ¿Quién es Elena Casero?

Elena Casero es una mujer inquieta con ganas de seguir aprendiendo todas aquellas cosas que le gustan, que le motivan y que le hacen la vida más amable. Entre ellas, por supuesto, está la escritura, la lectura, la música, la restauración de muebles antiguos y la huerta.

¿Por qué decides sentarte y escribir esta novela?

La idea de escribir una novela que tuviera relación con la música llevaba mucho tiempo rondando por mi cabeza. También quería que hiciera referencia a alguna compositora. Todos sabemos que las mujeres, en cualquier actividad artística, siempre han estado relegadas a favor de los hombres. Sin ser el tema principal, servía para reivindicar su papel importante en la cultura mundial.

Cuando te planteas la novela, ¿tienes claro el final?

Generalmente no. Soy muy anárquica escribiendo. No suelo hacer escaletas, ni programación de ningún tipo, me dejo llevar mucho por las ideas que están en mi cabeza. Voy haciendo anotaciones sobre la marcha para que esas ideas no se me olviden. En este caso, es la primera vez que he tenido que hacer una estructura de lo que quería contar, principalmente, para no trastocar las fechas. Los acontecimientos que se cuentan en ella debían de estar completamente ajustados a la época de la cual estoy hablando. Aunque no es una novela histórica, hay que ser fiel a la realidad.

¿Qué fue lo más complicado de escribir “Las óperas perdidas de Francesca Scotto”?

Lo más complicado y lo más apasionante fue la tarea de documentación. Por un lado, sobre la ópera en el siglo XVII. Aunque conocía algo, no era suficiente para lo que yo quería contar. Por otro lado, la historia de Inglaterra en ese mismo siglo o la dictadura argentina que tan cerca tenemos. Y, finalmente, algunos estudios sobre el tema de la venganza, que es lo que subyace en toda la novela.

¿Tienes una rutina a la hora de escribir?

No, ninguna. He escrito en cualquier sitio. Cuando trabajaba, en la oficina, en ratos sueltos, sobre todo microrrelatos, bosquejos que terminaba en casa. Durante muchos años no he tenido un lugar específico para escribir, así que iba con el portátil por toda la casa. Igual podía estar escribiendo que haciendo la cena. Una vez jubilada prefiero escribir por las mañanas, con la luz y el sol. Las tardes las dedico a la lectura y a estudiar música.

En tu faceta lectora ¿Qué género suele leer Elena?

Leo de casi todo. Soy muy lectora de relatos cortos, del cuento. Leo microrrelatos, poesía, ensayo. Y novelas, por supuesto.

 ¿Qué te hace abandonar una novela?

Con los años y muchas lecturas me he vuelto más exigente. A la novela le doy veinticinco páginas de margen. Si no le encuentro la calidad que espero, no me cuesta nada abandonarla. No me importa que sea de un autor o autora consagrado.

Elena es una gran amante de la música sino hubiera sido muy difícil escribir esta novela, tocas el oboe desde hace un tiempo y ¿de dónde surgió la idea de escribir esta novela tan original en cuanto a la trama se refiere?

Como ya he comentado, quería escribir alguna novela que tuviera relación con la música. Pensé que ya hay unas cuantas novelas que se refieren al hallazgo y misterios sobre libros antiguos, pero hay muy pocas que hablen de la música. Primero pensé en una partitura antigua que podía ser original o una falsificación. De ella surgió el papel de la compositora y eso me llevó a la intriga y a la venganza. Le di muchas vueltas al papel del narrador, quién podía ser. Lo único que tenía claro es que tenía que ser oboísta. Unos personajes me fueron llevando a otros y a distintos temas, hasta que todo cuadró.

¿Recuerdas algún libro de tu infancia con cariño?

Unos cuantos pero sobre todo, Las aventuras de Guillermo Brown de Richmal Crompton.

 ¿Qué libro te llevarías a una isla desierta si supieras que no puedes salir de allí y que va a ser tu única compañía?

Si solo me puedo llevar uno, sin ninguna duda, Memorias de Adriano, de Marguerite Yourcenar

La música está muy presente en “Las óperas perdidas de Francesca Scotto” es más al final del libro incluyes algunas piezas para escuchar, ¿qué música escuchas para inspirarte literalmente hablando?

Normalmente, escucho música clásica o jazz. Aunque, si estoy escribiendo, no siempre puedo hacerlo porque mi cabeza se va detrás de las notas. En el caso de esta novela, hay dos composiciones clave que aparecen en el texto: El Adagieto de la 5ª  Sinfonía de Mahler y el Danzón nº 2 de Arturo Márquez. Ambas están presentes en mi vida por lo que me transmiten, por esa razón están en el texto. Y una tercera, el 2º movimiento de la Sinfonía en Do, de Georges Bizet por el maravilloso solo de oboe.

En este libro los personajes buscan mayoritariamente venganza, es una novela de rencores, venganzas, injusticias, con personajes creados de forma muy inteligente y todos ellos de gran profundidad ¿te ha costado mucho elegir a cada uno de los personajes?

Sí y no. El que más me costó fue el del librero porque es un personaje correoso y yo quería que fuera así y que produjera cierta grima a los lectores. El personaje de Ricardo, el director, lo fui sacando de las lecturas de un libro que se titula “El mito del maestro”. En él se cuentan anécdotas de directores de todas las épocas. El resultado fue un personaje odioso y voluble, con una historia complicada. El más fácil fue el de Patricia, el ama de llaves, quizás el más humano de todos. Y surgió de manera espontánea. La vi con claridad desde el principio de la novela.

¿Qué te gustaría que el lector encontrara en tu novela?

Me gustaría que encontrara un motivo para seguir leyéndome. Bien sea porque ha encontrado calidad, porque he sabido evitar que abandone la lectura o porque el tema le ha interesado. Pero sobre todo porque le he contagiado el disfrute que yo tuve al escribirla.

 ¿Qué te aporta el contacto directo con los lectores?

Es lo mejor de publicar. Poder hablar en directo, que te cuenten lo que les ha parecido el libro, lo que no les ha gustado, lo que ha faltado, lo que ha sobrado. Porque a través de ellos descubres facetas de tu escritura que posiblemente desconocías. Es muy enriquecedor.

¿Tienes nuevo proyecto a la vista? ¿Nos puedes dar algún avance?

Quiero terminar una novela que, quizás, nunca llegue a publicarse porque se trata de mi propia familia. Es un homenaje a las mujeres de mi casa desde mi bisabuela a mi madre y a todos los fantasmas que he ido sacando del armario. Me gustaría escribir otra novela negra o, al menos, gris marengo, no tan seria como esta, porque las anteriores tienen humor negro y regresar al ambiente rural.

Y, por otro lado, quiero retomar los cuentos que tengo escritos o para corregir.

Quiero agradecer desde aquí a Elena su amabilidad y su dedicación por compartir este ratito conmigo y así poder descubrir a una autora tan cercana y brillante.