Un café con…Rosario Raro

Retomamos nuestra sección “Un café con…” con la estupenda escritora Rosario Raro, ha sido un placer poder compartir un rato de charla con Rosario, una mujer que encandila a cualquiera con su dulzura, su sapiencia y la pasión que pone en todo lo que hace.

Rosario Raro es profesora de Escritura Creativa en la Universidad Jaume I de Castellón, doctora en Filología Hispánica con una tesis sobre las estrategias de escritura en internet y posgraduada en Comunicación Empresarial y Pedagogía. Desde hace más de 20 años imparte cursos y talleres literarios para numerosas instituciones.

Rosario tiene publicadas tres novelas, de su novela Volver a Canfranc  (Planeta, 2015),  se han publicado hasta el momento siete ediciones, ha sido finalista de los premios de la crítica valenciana y la productora Diagonal TV ha adquirido los derechos audiovisuales de la misma para su adaptación a la pantalla. Su segunda obra es La huella de una carta (Planeta, 2017) y este pasado mes de abril publicó Desaparecida en Siboney también en la Editorial Planeta (podéis leer mi opinión aquí).

 

¿Por qué decides sentarte y escribir esta novela?

Todo surgió de un informe que me enseñó un anticuario. Fue él quien me dijo que ahí había una historia y claro, a los que escribimos, siempre se nos acerca gente para decirnos que si nos contaran sus vidas, podríamos escribir una novela sobre ellas. En este caso yo me decidí porque la historia que me contaron abordaba la trata de esclavos, un tema que no está muy explotado en nuestra literatura y eso que, en España, durante cuatro siglos, nada más ni nada menos, ha habido trata de esclavos.

En mis tres novelas anteriores, he intentado que la parte social tenga mucho peso y es por eso que no pude resistirme a contar esta historia, sobre todo, por todo lo que fui descubriendo durante el trabajo de documentación.

¿De dónde surgió la idea de “Desaparecida en Siboney”? En la presentación contaste que habías visto un retrato y un telegrama de Alfonso XII.

Efectivamente, lo que me despertó la curiosidad fue la mirada que tenía Mauricio, protagonista de la novela, en una foto que me enseñaron. Esa mirada captó mi atención y me hizo tirar del hilo. Fue así como averigüé que Mauricio y Bartolomé eran cuñados. Habiendo descubierto este dato, contar esta historia me atrajo mucho, especialmente porque las disputas y relaciones entre cuñados es un tema que no está muy explotado en la literatura.

¿Cuánto tiempo te ha llevado escribir “Desaparecida en Siboney”?

La historia la retuve en la cabeza durante mucho tiempo, de hecho, mi encuentro con el anticuario tuvo lugar durante el tiempo que permanecí en Lima. No dejaba de darle vueltas a la historia y mi interés por ella iba creciendo. Tras decidirme a contarla, el proceso de escritura con correcciones y todo me llevaría dos años y medio. Personalmente tengo que decir que empiezo a escribir cuando tengo toda la historia en mi cabeza.

¿La localización en tus novelas es importante, conoces los escenarios de tus novelas?

Efectivamente, además el escenario para mí no es intercambiable, mis novelas no pueden ocurrir en otro lugar. Esta novela no se puede trasladar a otro lugar ni en otro tiempo, tiene que estar todo incardinado en el tiempo y en el espacio que describo. Considero que no se puede arrancar la historia y trasplantarla en otro lugar dado que me baso en hechos reales, por tanto ya me viene todo dado. Y en este caso conozco las localizaciones de la historia.

Narrar hechos de una época que no has vivido también tiene que ser una tarea ardua. En esta novela el lenguaje empleado es acorde a la época, ¿te ha costado mucho?

Para mí, como filóloga, los anacronismos lingüísticos son algo que al lector le pueden sacar de la historia y yo quería ser fiel a la época. Tuve que leer muchas novelas del sigo XIX y también muchas novelas sobre ese siglo, incluso una tesis doctoral que hablaba del dinero en el siglo XIX, como era la relación de la gente con el dinero, como pensaban en aquella época los personajes, etc.. Un ejemplo de ello es que las mujeres no podían hacer transacciones con dinero ni heredar, quienes heredaban eran los hombres.

Hablando de los personajes, haznos un retrato robot de los dos cuñados, Mauricio y Bartolomé.

Yo no quería que fueran el bueno y el malo, Bartolomé tiene una gran virtud y es que es muy trabajador, sin embargo, Mauricio ha vivido de lo que ha heredado pero claro, ese personaje nos cae bien porque al otro lo vemos como un “negrero” y hay que pensar que en esa época trasportar personas era lo mismo que trasladar ron, tabaco… era una actividad muy lucrativa. Mauricio es una “joya” porque era mujeriego y Bartolomé es un hombre hecho a sí mismo por eso no quería que fueran el héroe y el antihéroe.

                                                                                                                                                                                                                 

“Que alguien nos lea es el mayor ejercicio de generosidad que existe porque nos entrega lo más valioso que tiene que no es su dinero sino su tiempo”

Para los que todavía no conocen “Desaparecida en Siboney” ¿qué destacarías de ella? ¿por qué el lector debería elegirla?

El motivo de elegirla sobre todo sería porque creo que cuando escribo intento, y lo subrayo lo de intento, que una novela tenga lo que yo busco cuando leo un libro, por un parte, que me cuente algo que yo no sabía, luego también que me tiene que conmover, no sean grafías muertas sino que las letras cobren vida, que me involucre con los personajes que quiera saber qué les ocurre y por último que me entretenga, soy una gran defensora de la literatura de entretenimiento. El entretenimiento no tiene que estar reñido con hablar de temas de calado social, algo que me gusta mucho es que la gente me diga que después de leer mi libro quiera investigar más.

Leí en una entrevista en la que decías que siempre tienes que escribir, al menos, una página al día, entiendo que ya estarás con una nueva aventura. ¿qué podemos esperar de Rosario después de “Desaparecida en Siboney”?

Todos los días escribo, si no escribo es como si me faltara algo. Tengo muchas ideas para otra novela pero aún no sé cual será la próxima novela. En estos momentos, estoy escribiendo ensayo y poesía. Necesito todavía mucho tiempo para documentarme y darle forma a la novela.

¿Qué lee Rosario Raro?

Uff! Sobre todo leo, sin prejuicios y sin complejos, si lo pensamos, una novela abarca todas las facetas de la vida. Leo mucho a Max Aub porque me parece un autor único, me gusta mucho Francisco González Ledesma y también me gusta la literatura de Montserrat Roig, Carmen Laforet, entre otros. Tengo que decir que especialmente leo literatura actual ya que a todos nos gusta saber lo que se publica ahora y además de compañeros míos. También sigo la literatura peruana ya que estuve viviendo allí diez años. Ahora con todo el tema de la esclavitud he leído mucha literatura africana porque me interesaba saber cómo lo veían ellos que no fuera la historiografía únicamente, saber desde otro punto de vista.

¿Qué libro has releído más veces?

Seguramente uno de los que más presente he tenido ha sido “La piel fría” de Albert Sánchez Piñol. Me gustó mucho “Regreso a tu piel” de Luz Gabás porque conecté mucho con ese libro. De joven leía mucho a García Márquez. Libros de poesía y también libros de alumnos míos que he sido de las primeras personas que he podido leerlos y que luego cuando entro en una librería no sé que me alegra más si ver una novela mía o de ellos.

¿Qué libros nos recomiendas leer, ese libro que piensas que todo el mundo se tiene que leer una vez en la vida?

“El Quijote”. Ya sé que no soy muy original, pero se dice eso de “Si todo está en los libros, todos los libros están en El Quijote”. Yo lo he releído y hay cosas que todavía me sorprenden que estén ahí, es como si fuera un libro atemporal.

¿Lees las críticas o reseñas que se hacen de tus libros?

Suelo leerlas después de que ya tenga avanzada mi próxima novela porque inevitablemente tenemos curiosidad, así que le tomo el pulso para ver como va, pero tenemos que pensar que una reseña es la opinión de una persona. Hay que tomarlas como eso “la lectura que hace alguien en concreto de una novela”. A mí me gusta una cosa que pone en el Teatreneu de Barcelona hay un cartel a la salida que dice “Si te ha gustado cuéntaselo a todo el mundo y si no te ha gustado no se lo digas a nadie”. Si un libro no te gusta no tienes que ensañarte con él porque he leído reseñas de gente que el autor más que escribir un libro parecía que hubiera matado a alguien.

Por último, ya que eres profesora de escritura ¿qué consejo le darías a alguien que quiere ser escritor/a?

Un consejo muy importante que yo me aplico es que “no hay que tener prisa”. Hay una frase que me gusta mucho de Caballero Bonald y es que “las prisas son la carcoma de la literatura”. También les diría que den el libro a leer a otra persona, esto siempre ayuda a tener una visión distinta a la nuestra, a verlo desde la distancia.

Agradecer a Rosario Raro este café conmigo, ha sido todo un placer poder conversar con ella acerca de su última novela “Desaparecida en Siboney” y de muchas cosas más. Y a los que todavía no habéis tenido la oportunidad de embarcaros en la lectura de los libros de Rosario os animo desde aquí seguro que descubrís a una gran escritora. 

 

 

 

 

 

4 comentarios
  1. Carmen
    Carmen Dice:

    ¡Fantástica entrevista! seguro que el café fue súper interesante, los libros de Rosario son una maravilla, aprendes infinidad de cosas con ellos. Enhorabuena

    Responder

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